El pasado 1 de enero se dio otro caso de suicido en Brasil, en esta oportunidad fue el pastor “Machado”, como se le reconocía al líder espiritual, quien después de asistir a los servicios de fin de año, tomó la fatal decisión en el baño de su residencia, ubicada en el estado de Teresina PI.
El pastor Machado de 60 años, era dirigente de la Convención Estatal de las Asambleas de Dios en Piauí. Al parecer Machado sufría de depresión yhabía entregado la iglesia para hacerse tratamiento.
Por otra parte, el 27 de diciembre del año inmediatamente anterior, se ahorcó también en el baño de casa Mónica Chaves, en la ciudad de São José do Rio Preto, en São Paulo, La pastora tenía sólo 36 años y, al igual que Machado batallaba contra la depresión.
Mónica era muy querida por los miembros de la iglesia en que formaba parte. Su muerte generó gran conmoción en las redes sociales, donde muchos se expresaron sorprendidos por lo que sucedió
Los pastores no son dioses
El pastor Marcos Tuler, Pedagogo, Bachillerato en Teología, Posgrado en Docencia Superior y Psicopedagogía, comentó que los pastores también sufren de depresión profunda. No son dioses, santos, ángeles, ni superhéroes; son hombres, reyes mortales, que dependen de la misericordia de Dios todos los días, horas, minutos y segundos.
“Para quien padece de depresión profunda no existe (mientras está en ese estado) luz, colores, afectos, alegrías, amigos, hijos, esposa, esposo, comida, bebida, placer, esperanza, y ni siquiera Dios. Todo queda gris, lúgubre y sin brillo. Es un estado de total letargo, inercia, apatía, desinterés… Todos los días nos encontramos con una gama de personas deprimidas, sufriendo todos esos dolores, y no nos damos cuenta de que ellas necesitan ayuda, y que agonizan ante nuestra indiferencia, insensibilidad y falta de percepción. Miramos a la gente, pero no las vemos. Hablamos con ellas, pero no las escuchamos. Caminamos al lado de ellas, sin embargo, estamos distantes…” Concluyo Tuler. Al ser entrevistado por el portal JM.
Durante el año de 2018 varios líderes religiosos dieron fin a su existencia humana y todos tenían algo en común: la depresión.
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