
Cuba despierta en fe, en medio de la peor crisis económica en tres décadas, la isla está siendo testigo de un resurgimiento espiritual sin precedentes. Jóvenes cristianos evangélicos se reúnen en espacios públicos como la Plaza del Cristo en La Habana para orar abiertamente, en un país que durante décadas se identificó como “Estado ateo” bajo el régimen comunista. Esta transformación espiritual refleja una búsqueda colectiva de esperanza, sentido y fortaleza frente a la adversidad.
Especialistas y líderes religiosos coinciden en que la pandemia y el agravamiento de las condiciones económicas han impulsado a miles de cubanos a acercarse a la fe cristiana. Aunque la Constitución de 2019 reconoce la libertad religiosa, en la práctica persisten restricciones, especialmente para las iglesias evangélicas, que enfrentan dificultades para obtener reconocimiento legal y son objeto de vigilancia estatal.
Se estima que entre el 5 % y el 10 % de la población cubana pertenece al mundo protestante. Aunque el número real podría ser mayor debido a la proliferación de iglesias no registradas. A pesar del crecimiento, los creyentes enfrentan interrogatorios, multas y campañas de difamación, mientras continúan organizando vigilias y jornadas de oración por la restauración espiritual y social del país.
Las comunidades cristianas se han convertido en espacios de apoyo y solidaridad, brindando asistencia material y emocional a quienes más lo necesitan. Para muchos, este avivamiento es visto como una respuesta divina en tiempos de adversidad. La perseverancia, la oración y la unidad se convierten en pilares de esperanza frente a la oposición. Cuba despierta en fe.
Redacción Buenas Nuevas
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