Es importante que los cristianos estudien la historia del paramilitarismo en Colombia para entender las causas y las consecuencias de este fenómeno
Desde hace más de cinco décadas, Colombia ha sufrido un conflicto armado que ha dejado un rastro de dolor y muerte en todo el país. El fenómeno del paramilitarismo, en particular, ha sido una de las principales causas de violencia y de la vulneración de los derechos humanos. En este artículo, vamos a analizar la historia y las implicaciones del paramilitarismo en Colombia, incluyendo la creación de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), su relación con las FARC y la importancia de que los cristianos estudien estos hechos para ser agentes de cambio.
Las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) surgieron a finales de los años 90 como una respuesta a la violencia y el terrorismo de las guerrillas en el país, en particular las FARC. Sin embargo, rápidamente se convirtieron en un grupo paramilitar que cometió graves violaciones de los derechos humanos, como asesinatos, desapariciones forzadas, desplazamientos y masacres. Según el informe del Centro Nacional de Memoria Histórica, las AUC fueron responsables de más del 70% de los desplazamientos forzados en Colombia.
De acuerdo con el Centro Nacional de Memoria Histórica, entre 1980 y 2012, se registraron más de 220.000 víctimas del conflicto armado en Colombia, entre muertos, desaparecidos, desplazados y afectados directos. Se estima que el 80% de estas víctimas fueron civiles.
El informe “¡Basta Ya!” del Centro Nacional de Memoria Histórica, publicado en 2013, señala que el 71% de las violaciones a los derechos humanos en Colombia entre 1980 y 2012 fueron cometidas por grupos paramilitares, mientras que el 17% fueron cometidas por la guerrilla y el 12% restante por agentes del Estado.
A pesar de que las AUC fueron oficialmente desmovilizadas en 2006, su legado todavía es evidente en la actualidad. El paramilitarismo sigue siendo una amenaza para la seguridad y la estabilidad del país. Además, muchas de las personas que fueron desplazadas por el conflicto armado todavía no han podido regresar a sus hogares.
La relación entre las FARC y el paramilitarismo también ha sido estudiada por algunos historiadores y teólogos. Por ejemplo, el teólogo Juan Carlos Ortiz ha argumentado que ambas partes han utilizado la religión para justificar su violencia. Ortiz sostiene que tanto las FARC como las AUC han empleado la noción de una “guerra santa” para justificar sus acciones.
Es importante que los cristianos estudien la historia del paramilitarismo en Colombia para entender las causas y las consecuencias de este fenómeno. Al comprender los factores que llevaron al surgimiento del paramilitarismo y las implicaciones de su accionar en la sociedad, podemos ser más conscientes de las situaciones de injusticia y violencia que aún persisten en nuestro país.
Por último, los cristianos pueden desempeñar un papel relevante en la construcción de la paz en sus comunidades. Al buscar la reconciliación y la restauración de las víctimas del conflicto armado, podemos contribuir a generar un clima de confianza y respeto mutuo en nuestras relaciones interpersonales y comunitarias.
“Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.”. 2 Corintios 5:19
En resumen, el estudio de la historia del paramilitarismo en Colombia puede ayudar a los cristianos a desarrollar una comprensión más profunda de la realidad de nuestro país y a comprometerse más activamente en la lucha por la justicia y la paz. Como agentes de cambio, podemos trabajar por la reconciliación, la restauración y la construcción de una sociedad más justa y solidaria.
Así es, si queremos ser agentes de cambio en nuestra sociedad, es fundamental que conozcamos nuestra historia y, en el caso de Colombia, la historia del paramilitarismo y las AUC. Esto nos permite tener una perspectiva más completa de las problemáticas que enfrentamos como país y, por ende, tomar decisiones más informadas y efectivas en nuestro trabajo por la justicia y la paz.
Además, el conocimiento de nuestra historia nos permite reconocer y honrar a las víctimas de la violencia y el sufrimiento, y trabajar por su reparación y reconciliación. Como cristianos, nuestra fe nos llama a ser agentes de transformación en el mundo, y esto implica estar informados y comprometidos con las realidades que nos rodean, incluso aquellas que son dolorosas y difíciles de abordar.
“Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. 16 Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” Mateo 5: 15 – 16.
Escrito por: Joel Serrano, Administrador de Empresas, especialista en Gerencia de Producción y Logística y Teólogo.
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