
En tiempos de confusión espiritual y relativismo doctrinal, el testimonio sobre la identidad de Jesucristo como el verdadero Mesías cobra una relevancia vital. Esta nota, basada en los evangelios según San Juan, San Mateo y otras referencias bíblicas, recoge cuatro voces que confirman con autoridad divina la misión redentora de Cristo: Juan el Bautista, las obras realizadas por el mismo Jesús, el testimonio del Padre celestial y las Escrituras inspiradas.
Cada uno de estos testigos revela no solo la legitimidad del enviado de Dios, sino también la urgencia de creer en Él para alcanzar la vida eterna.
- Juan el Bautista.
33 Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad.
34 Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos.
35 El era antorcha que ardía y alumbraba; y vosotros quisisteis regocijaros por un tiempo en su luz.
- Las obras de Cristo mismo.
36 Más yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mi, que el Padre me ha enviado.
- El Padre (Mt. 3:17)
37 También el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su aspecto,
38 Ni tenéis su palabra morando en vosotros; porque a quien él envió, vosotros no creéis.
- Las Escrituras (Véase Lc. 24: 27, 44-46).
39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
40 y no queréis venir a mí para que tengáis vida.
41 Gloria de los hombres no recibo.
42 Mas yo os conozco, que no tenéis amor de Dios en vosotros.
43 Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ese recibiréis.
44 ¿Cómo podéis vosotros creer, pues recibís gloria los unos de los otros, y no buscáis la gloria que viene del Dios único?
45 No penséis que yo voy a acusaros delante del Padre; hay quien os acusa, Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza.
46 Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mi escribió él.
47 Pero si no creéis a sus escritos, ¿Cómo creeréis a mis palabras?
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NOTA: Tomado de la Biblia Reina Valera 1960, con anotaciones críticas y comentarios del REVERENDO C. I. SCOFIELD, D.D.

Escrito por el hermano JOSE L. ANGULO MENCO, filosofo, escritor, especialista en Ciencias Religiosas y Sagradas Escrituras y docente universitario.
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