Programa que busca brindar bienestar integral a los Pastores y su familia.
La Fundación Reforma Mujer, liderada por la pastora Laiz Acosta, hizo el lanzamiento del programa de bienestar social La Sunamita. El evento se realizó el pasado 8 de agosto, en la iglesia Aviva el Fuego que dirigen los pastores Frank y Luz Marina Choles.
Según la pastora Laiz Acosta, el programa pretende el bienestar integral a los pastores y su familia. “Cómo Fundación queremos brindar proyectos de ayuda en la salud mental, apoyo en el manejo de patologías en la salud, consejerías pastorales, entrega de mercados, programas de recreación, deportes, integración, capacitaciones en mayordomía pastoral, entre otros”. Declaro Acosta.
El programa cuenta con el apoyo de la Confederación Cristiana de Colombia que lidera el pastor David Reyes y el movimiento Por ti Barranquilla, en cabeza del pastor argentino, radicado en esta ciudad, Matías Kress.
Al evento asistieron más de 300 ministros de Barranquilla y el departamento de Atlántico.
La sunamita en las Escrituras se enfocó en ser ayuda al hombre que porta el manto, y quien al mismo tiempo tenía debilidades, problemas y necesidades.
Muchos aman el manto del pastor su unción y don, desconociendo las batallas que libran internamente en su cotidianidad.
Así como la sunamita identificó la necesidad del hombre de Dios y decidió ser intencional en la ayuda que le suministró trayendo descanso, así es el eje central de este programa.
Cabe destacar que la Fundación Reforma Mujer, nace del proceso de cáncer que vivió la pastora Laiz y el milagro de sanidad que Dios realizó en ella.
¿Quién fue la sunamita?
Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer. Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que este que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él. 2 de Reyes 4:8-10
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