Miguel Cuentas Silvera, simplemente realismo

El pintor plasma en su obra la realidad cotidiana

Miguel Antonio Cuentas Silvera, nace un 19 de julio de 1950 en el hogar formado por dos humildes campesinos, pero que con mucho amor y sencillez iluminaron la infancia tranquila y serena de este hijo de Tomás Cuentas Arcón  y María Silvera Cervantes. Desde pequeño, mientras otros niños corrían por las arenosas calles de su natal Polonuevo,  jugando a la lleva, 4,8 y 12 y otros juegos, el dedicaba tiempo a pintar.

El genio oculto, admiraba ver dibujar a un vecino mayor, “Gil Padilla”, esto despertó en él  amor y pasión por el arte de la pintura.  Hizo de la pared de un costado del patio en su casa un lienzo enorme donde comenzó a plasmar todo su arte, indios piel rojas de las cajetillas de cigarrillos, diablos de las cajas de fósforos y el entorno que la naturaleza de su pueblo lo inspiraba.

En su escasez económica, se apropiaba de lo que pudiera servirle para dibujar: pedacitos de lápices de color ya gastados, témpera secas, el azul de tienda ligado con un poco de agua, el achiote y con estos elementos,  inventaba  una gama de colores que usaba como todo un maestro del pincel, pinceles que creaba con los crines de la cola de los caballos y burros abundante en esa época.

El jinete montado en un caballo que aparecía en las cartillas del traki traki, fue el primer encargo por pintar. Se lo hizo a la señora Lesvia de la Hoz, dibujo este que lo contrarió mucho porque el caballo no le salía como quería, pero que al final con su perseverancia logra el dibujo ideal y así poder cumplirle el encargo a su primer cliente.

Al educador  César Silva lo recuerda con cariño y admiración porque fue este profesor de sociales, locutor y pintor, hombre polifacético, que lo impulsa y anima a seguir desarrollando esta pasión.

En Barranquilla me quedo

En el año 1973 emigra a curramba, casado ya con su novia de estudiante Levis Martes Sánchez  con la cual vive aún, dando ejemplo de fidelidad.  Tienen dos hijos, Levis psicóloga y Miguel ingeniero, orgullo de sus padres, además tiene cinco nietos.

Con el paso del tiempo se sigue enamorando más de la pintura hecho que lo hace incursionar en la pintura artística de manera innata y tiene la oportunidad de participar por primera vez en el concurso de pintura en Comfamiliar del Atlántico en el que obtiene el tercer lugar dándole pelea a grandes de la pintura con un cuadro que llamó “Ruinas de Salamanca” elaborado en tinta de sello cuyas formas delineo con un palillo, allá por el año de 1984.

Pero es prácticamente a edad madura donde más sabiduría hay, por la importancia de la experiencia, se dedica a pintar con más disciplina porque se integra a un proyecto de la alcaldía de Barranquilla llamado Casas Comunales, allí estudia elementos básicos de pintura, posteriormente  ingresa a la Escuela Distrital de Cultura, donde perfecciona su pasión, incluso aprendió escultura, esto le permite la oportunidad de participar en exposiciones en el salón de Bellas Artes, en la alcaldía de Sahagún Córdoba y en el salón de la Plaza de la Paz.

El realismo

A Cuentas  le gusta la técnica de pintura llamada realismo, que consiste en plasmar fielmente la realidad cotidiana en sus obras,  también declara que su identidad cultural le hace que tome elementos como el carnaval de Barranquilla, paisajes, seres de la naturaleza, utensilios, instrumentos musicales, frutas propias de la región, sin embargo su pintura no están enmarcadas en una sola temática. También ha  tomado elementos con que elabora bodegones pinturas abstractas elaboradas con técnicas de pintura al óleo acrílico y acuarela.

Ha  pintado más de 80 cuadros, vendiendo gran parte de ellos incluso hasta para los Estados Unidos de América; es un gran admirador del gran pintor y bohemio el maestro Alejandro Obregón.

 La magia de este artista está en su musa al recordar en horas de la madrugada 4 a 5 de la madrugada e inspirarse y plasmar en su obra todo lo recordado a esa hora.

 Este es el matiz de este hombre que para muchos o la gran mayoría desconocían los dones que con sus manos viene plasmando la cotidianidad de la vida. Al mirar sus obras, nos damos cuenta cuán humilde ha sido su trasegar  en el arte de las pinturas  pero que definitivamente nos engrandece como Polonueveros la magia que posee al pintar.

 Miguel Cuentas es de estos personajes inéditos que merecen ser exaltados y reconocidos porque lo han dado todo de sí mismos por el arte y por nuestro Polonuevo querido del alma.

Un aplauso de pie para este noble Polonuevero  y el reconocimiento como un digno exponente de esta irreverente raza nuestra que se abre paso a costa de todo.

Escrito por: Edgar Sánchez Arcón

Editado: Buenas Nuevas

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