Varias son las lecciones que nos deja el triunfo de Claudia Sheimbaum, como la primera mujer que gana la presidencia de México para un periodo de 6 años que comienza el 1 de octubre. Y le ganó a otra mujer: Xóchitl Gálvez.
En primer lugar, es muy dicente que una mujer haya llegado al primer cargo de una nación tan profundamente machista como es México. El país de los “meros machos”. También que sea la mandataria de más de 120 millones de habitantes (más del doble de Colombia y la décima nación en población del mundo) que ocupan el país centroamericano. Igualmente, que sea una científica que formó parte del equipo que obtuvo el permio nobel de la paz en el 2007 por su trabajo sobre cambio climático. Es significativo que haya triunfado con el 60% de los votos – como continuidad de Manuel López Obrador- doblando a su adversaria y derrotando al tradicional PRI de derecha que gobernó de manera consecutiva durante 70 años. Además, que llega con amplia mayoría a su favor en ambas cámaras del congreso mexicano. Y, por último, que haya llegado en momentos muy difíciles como vive hace algunos años el país debido a la presencia de las oscuras fuerzas del narcotráfico y de los terroríficos carteles de la droga.
Muchos de los analistas políticos coinciden en que la estrategia del actual presidente López Obrador para lograr su aprobación en estas elecciones, a manera de plebiscito, a pesar de sus constantes y fuertes enfrentamiento con un sector muy significativo de la prensa, es el haber favorecido a las clases mas vulnerables de México con alivios, subsidios y medidas que les benefician grandemente. La lección queda para Colombia y otros países de América latina.
Es mas importante el triunfo de una mujer en México si tenemos en cuenta que Centroamérica es el área del continente donde mas damas han gobernado hasta ahora – Violeta Barrios en Nicaragua, Mireya Moscoso en Panamá, Laura Chinchilla en Costa Rica, Xiomara Castro en Honduras y ahora la nueva presidenta de México – a pesar de que ese territorio ha sido el más convulsionado de nuestro continente. Allí ocurrieron los mayores movimientos y enfrentamientos políticos y sociales, guerras civiles, las más crueles dictaduras, el accionar de ejércitos subversivos y paramilitares, así como injerencias, apoyos y hasta invasiones de potencias extranjeras de las últimas décadas, sobre todo en la época de la guerra fría.
Vale la pena destacar que, en el resto del continente, por ejemplo, en Suramérica, Argentina (Cristina Fernández), Brasil (Dilma Rousseff) y Chile (Michelle Bachelet) han tenido la experiencia de que ha llegado una mujer a la primera magistratura. También, que actualmente una mujer llega por primera vez a la vicepresidencia de EEUU, Kamala Harris, y en Colombia hemos tenido dos vicepresidentes mujeres muy distintas: Martha lucia Ramírez y, actualmente, Francia Márquez. La primera nacida en cuna de oro, educada en prestigiosas universidades y codeado con lo más selecto del establecimiento y, la última, negra, nacida en Zona Roja (Suarez, Cauca), de familia muy pobre, y de oficio: muchacha del servicio.
Finalmente, llama la atención que en la actualidad las que cuentan con mucha opción, según las encuestas, para una candidatura presidencial en 2026 sean mujeres: Las senadoras María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Paola Holguín por la derecha, la exalcaldesa Claudia López por el centro, la periodista Vicky Dávila y la senadora María José Pizarro, la actual ministra Susana Muhammad y hasta la ex ministra Carolina Corcho por la izquierda.
¿Será que Colombia debe ser guiada por una mujer…? ¿Estaremos preparados…?
Por Víctor Herrera Michel Abogado-Periodista. Autor de los libros Como Ganar las Elecciones y Manual del Candidato Ganador. Ganador del premio nacional de periodismo Analdex/Proexport 2012. Ha sido catedrático universitario, presentador de diversos programas en Telecaribe y columnista en varios medios de comunicación impresos y digitales. Actualmente es director del Noticiero de la Gente que se emite por la Voz de la Patria Celestial. @vherreram
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