Por: Marlyn Pérez Martes *Psicóloga
Una tarde soleada y algo acalorada en la sala de casa, mi hijo dice: mami me gustaría tener súper poderes, y le respondí: ¿es que acaso no sabes que los tienes?
Mientras que la vida afuera está paralizada, las clases son virtuales y todos estamos en casa, como no pensar qué clase de súper poder tenemos o quizás podamos desarrollar. Y es que somos seres en descubrimiento, que quizás solo bajo un estado de encierro, identificamos cuán grandes poderes yacen en nuestras manos y corazón.
A él y a mi esposo que también hace parte de la conversación les pregunté: ¿qué súper poder creen que tengo? Me miraban con sorpresa, porque había dicho a mi hijo que los tenía y ahora preguntaba eso. Mi esposo revisaba en sus pensamientos y con expresión amorosa me dice, la constancia, bueno, eso creo. De mi salió una sonrisa que me hizo pensar, ¿de verdad soy constante?, cuan lucha tengo con mi disciplina, no creo que sea mi súper poder, pero hago mi mayor esfuerzo para terminar lo que comienzo, aún en medio de obstáculos. Les dije,-No, ser constante no es un súper poder, es una cualidad, pero lo que tengo es mayor que eso, tiene que ver con lo que puedo hacer por el prójimo, por el mundo allá afuera, eso me dice que lo tengo. Mi hijo dijo rápidamente: con tu psicología mami, en eso eres súper poderosa. Que emoción sentí en ese momento, mi cara se iluminó de alegría al escucharlo. Segundos después, afirmé, si, definitivamente mi súper poder es lograr ir al rescate de almas, traerlos de vuelta a la consciencia infinita que solo Dios puede darnos, ayudarlos a renacer y encontrar sentido a un camino que falta por recorrer. Ese súper poder le da sentido a mi existencia y más en tiempos de Covid, donde muchos han acudido y he respondido al llamado por sus temores y ansiedades.
Luego pregunté: ¿entonces cuál es el de papi? Mi hijo dijo, está en sus manos. Lo miré sonriente y me conmovió, no sabía que quería decir. Pero estaba cerca de lo que yo creía. Complementa diciendo: en sus manos que todo lo que hace con ellas le queda rico, le queda bien. Wow que precisión… es cierto. Todo lo que puede transformar, mi esposo cocina, construye y también escribe. Pero había algo que aún no mencionaba mi hijo, tenía un súper poder supremo, que quizás no usa mucho, pero también está en sus manos, y es el poder de sanar. Hace muchos años logré percatarme de ello, sus manos sanadoras. Y mi hijo saltó de alegría y expresa, -sí, es cierto. Cuando algo me duele y mi papá me ora se va el dolor, tiene manos sanadoras.
Por último, antes que se dispersaran en la tv que teníamos en frente en ese gran mueble que nos abraza, les dije… falta el Súper poder de Santy, mi hijo. ¿Cuál es? Abriendo sus hermosos y grandes ojos mi hijo pregunta: ¿si los tengo?, le dije: seguro que sí y es uno grande, tienes el poder de la visión, puedes visualizar el futuro, lo que viene para ti, y eso es un súper poder que debemos saber administrar; luego su padre dice, pero hay otro, Santy es poderosamente perseverante y no descansa hasta obtener algo que se propone, una cualidad que le da poder. Con emoción todos nos miramos y dijimos, que bien, sí que somos poderosos, porque a Dios le ha placido darnos poder para transformar y servir a la humanidad.
Ahora cuéntanos, ¿cuál es tu súper poder?
Felicitaciones, son súper poderosos .
Mi súper pode es hacer rendir mis ingresos y predecir el futuro, por ende ser solidaria … servir a todos y ver lo positivo aún en la adversidad como el momento actual