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Juliana Ferron, oradora cristiana y autora del libro “Me Cansé de Ser Gay”, compartió recientemente en el podcast PodCrê detalles de su proceso de conversión después de vivir una vida homosexual. Un pasado marcado por el rechazo y la búsqueda de identidad Originaria de Rio Grande do Sul, Brasil, Juliana relató que su infancia estuvo marcada por el rechazo, especialmente por parte de su padre, quien solía decirle que “debería haber nacido niño”. Estas palabras afectaron profundamente su identidad y autoestima. Desde muy joven, comenzó a vivir de manera independiente, lo que, según ella, la llevó a un estilo de vida autodestructivo. Durante años, enfrentó el consumo de drogas, alcohol y tabaco, además de una profunda sensación de vacío y múltiples intentos de suicidio. "Era un vacío que nada llenaba. Necesitaba algo que tuviera sentido", confesó en la entrevista. El poder transformador del Evangelio Fue al conocer el mensaje de Cristo que Juliana encontró la dirección que tanto buscaba. Su conversión la llevó a tomar decisiones radicales: dejó sus adicciones, rompió con su estilo de vida anterior y comenzó a vivir conforme a principios bíblicos. También decidió abandonar las relaciones homosexuales, afirmando su convicción de que la homosexualidad no es una condición innata. "Nadie nace gay", declaró en la entrevista, desafiando así las narrativas populares sobre la orientación sexual. Hoy en día, Juliana se dedica a asesorar a iglesias y familias sobre temas de identidad sexual desde una perspectiva cristiana. En su discurso, enfatiza que las luchas espirituales continúan incluso después de la conversión, por lo que anima a padres y líderes a buscar sabiduría y apoyo al tratar estos temas. "Sé lo que es estar del otro lado. Por eso hoy quiero ser un puente para quienes desean conocer verdaderamente el amor de Dios", expresó. Reflexión y mensaje final El testimonio de Juliana ha impactado muchas vidas, especialmente por su valentía para abordar temas complejos con sensibilidad y firmeza. Su historia desafía la ideología de género y cuestiona la idea de que la orientación sexual es inalterable. Este relato nos recuerda el poder transformador del Evangelio y la posibilidad de un nuevo comienzo para quienes buscan a Dios. La identidad y el propósito de una persona se encuentran en Cristo, y no hay pasado, herida o hábito que esté fuera del alcance de Su gracia. Solo en Jesús hay restauración y una vida plena, sin importar las circunstancias anteriores. Este testimonio también nos invita a reflexionar sobre la importancia de tratar estos temas con respeto, empatía y verdad bíblica, reconociendo la dignidad de cada persona y la esperanza que solo Cristo puede ofrecer. Nadie nace gay. Tomado de Bibliatodo, editado por Buenas Nuevas Te puede interesar leer: “Yo era stripper hasta que JESÚS me mostró el infierno”.