
A las 5:15 am, el pastor Mark sufrió un ataque cardíaco masivo justo un día antes de su 58.º cumpleaños, colapsando durante su rutina de ejercicios, y lo que iba a ser una tragedia, Dios lo convirtió en un asombroso testimonio de su poder y amor fiel.
A pesar de que los servicios de emergencia lo encontraron sin signos vitales y le aplicaron descargas eléctricas en múltiples ocasiones, finalmente lograron reanimarlo después de 33 minutos sin oxígeno y dos crisis cardíacas en la ambulancia. Su hijo Landon presenció la angustiante situación, describiendo lo difícil que fue ver a su padre sin vida.
En el hospital, los médicos prepararon a la familia para lo peor, advirtiendo sobre el posible daño cerebral debido al tiempo sin oxígeno. Sin embargo, en medio de la desesperación, su esposa Pam recibió un mensaje del Espíritu Santo que le instó a mantenerse firme en la fe. Esta promesa de sanación y control divino les dio esperanza en un momento crítico.
La comunidad también se unió en apoyo, con miembros de la iglesia orando fervientemente frente al hospital. Landon compartió que la fe y el respaldo de la comunidad fueron un gran consuelo para la familia, fortaleciendo su esperanza durante esos días difíciles. Este acto colectivo de oración brindó aliento y aumentó su fe en el proceso.
Como Lázaro
Tres días después del ataque cardíaco, Mark se sorprendió a todos al abrir los ojos, lo que Pam describió como un “momento de Lázaro”. Los médicos se asombraron al no encontrar signos de daño cerebral ni problemas cardíacos. Su rápida recuperación llevó a su médico a llamarlo “el hombre milagroso”, y diez días después del incidente, Mark fue dado de alta del hospital.
Al poder comunicarse con sus familiares escribió: “Dios aún no debe haber terminado conmigo”, lo cual sería base para un mensaje compartido en su iglesia, en la que testificó que “Jesús lo sanó, Él lo tocó”.

El ministerio de Mark ha experimentado un crecimiento inesperado, organizando Noches de Encuentro donde él y su equipo oran por aquellos que buscan sanación. Su historia de recuperación brinda esperanza a quienes enfrentan problemas de salud, y Mark se ha convertido en un símbolo de fe, alentando a otros a creer en el poder sanador de Dios.
Asegura que, aunque los médicos puedan tener un diagnóstico, Dios puede ofrecer un resultado diferente, reafirmando su fe en los milagros actuales. En momentos difíciles, Mark invita a las personas a mantenerse firmes en la creencia de que el mismo Dios que lo salvó sigue en control y listo para responder oraciones.
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