Faltaban 29 minutos para que el partido, en el estadio monumental entre River Plate y Aldosivi, terminara en su tiempo reglamentario. El equipo local no encontraba el gol para vencer al colero del campeonato argentino. Su entrenador, Marcelo Gallardo, ordena el ingreso del colombiano Miguel Ángel Borja, recién contratado.
Después del calentamiento de rigor, el juez central autoriza su ingreso y mientras llega Ezequiel Barco, en medio de las instrucciones, el delantero cordobés se arrodilla y levanta sus manos al cielo ante la mirada de los asistentes.
Lo demás es historia, Borja dio dos pases gol y en una jugada de recuperación emboca la pelota sutilmente en el arco contrario para sumar su primer gol con el equipo millonario. Posterior a las felicitaciones de sus compañeros, Borja se arrodilla de nuevo y exclama: “Gracias Dios”.
Al término del partido, los periodistas que lo entrevistaron sobre la oración antes de ingresar a la cancha, este respondió: “Siempre hay que humillarse ante Dios para que te exalte en la cancha. Yo creo que cada día quiero hacer eso, quiero identificarme con… y que Argentina también se identifique con Dios, que es lo más importante”, añadió.
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