En su exitosa carrera deportiva, el delantero nacido en Puerto, Colombia, Carlos Arturo Bacca Ahumada, después de anotar en las porterías contrarias por los estadios alrededor mundo, se arrodilla y levanta los brazos al cielo dedicando sus goles a Dios, mientras sus compañeros lo abrazan. Pero en esta semifinal del futbol colombiana, el ahora goleador del futbol colombiano con 14 anotaciones, al servicio del Junior de Barranquilla, suma otro movimiento: mueve su mano de derecha en forma de negación, algo así como ´´yo no fui´´ y luego levanta su brazo al cielo, indicando con el dedo índice, es Él.
Pues bien, los que conocen la vida de Bacca fuera de los escenarios deportivos sabemos que es un hombre de fe. Y que tal movimiento hace alusión al pasaje bíblico de 1 de Corintios 15:10.
´´Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo, antes he trabajado más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo´´.
Sus goles tienen al equipo barranquillero a punto de disputar otra final, toda vez que depende de ganar en condición de visitante este miércoles seis de diciembre en el estadio Metropolitano. Bacca tuvo que soportar, incluso, situaciones difíciles al comienzo de este semestre cuando a pesar de los esfuerzos y oportunidades no lograba concretar, y un sector de aficionados pedía su retiro e incluso algunos comentaristas deportivos.
El goleador nunca se rindió, en varias ocasiones tuvo que ser reemplazado por no marcar, pero no quebrantaba trabaja más fuerte en los entrenamientos y con la confianza del técnico Arturo Reyes, espero su oportunidad.
´´Creo en Dios y confío en Dios, sé que la pelota va a entrar, me preparó para eso´´, respondió en una rueda de prensa.
1 Corintios 15:10 es un versículo muy hermoso que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la gracia divina en nuestra vida. Nos recuerda que todo lo que tenemos y todo lo que somos se debe a la ayuda y el apoyo de Dios, y nos invita a valorar y agradecer este regalo cada día. Al mismo tiempo, nos recuerda que debemos poner de nuestra parte y esforzarnos por alcanzar nuestras metas, utilizando la gracia divina como guía y motivación. En definitiva, es un versículo que nos invita a vivir con gratitud, humildad y dedicación en todo momento.
Javier Ahumada
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