Colombia, un país sumido en una profunda polarización que ha generado odio y división entre sus ciudadanos. En medio de esta realidad, es importante reflexionar sobre cómo podemos superar estas diferencias y construir un camino de reconciliación.
La polarización política, religiosa y social ha llevado a que muchos colombianos se encuentren atrincherados en sus posiciones, sin disposición a escuchar y comprender al otro. Esta falta de empatía y diálogo ha generado un clima de hostilidad y resentimiento que nos aleja cada vez más como sociedad.
En la Biblia, en Mateo 5:43-44, Jesús nos enseña: “Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os odian, y orad por los que os insultan y persiguen“. Estas palabras nos invitan a romper con el ciclo del odio y buscar la reconciliación incluso con aquellos que consideramos nuestros enemigos.
Es necesario recordar que todos somos seres humanos con diferentes experiencias, creencias y perspectivas. En lugar de aferrarnos a nuestras posiciones con terquedad, debemos abrirnos al diálogo sincero y respetuoso. Escucharnos mutuamente nos permite comprender las preocupaciones y necesidades del otro, fomentando así la empatía y la construcción de puentes.
Además, debemos ser conscientes de cómo nuestras palabras y acciones pueden contribuir al clima de polarización. La Biblia nos recuerda en Proverbios 15:1: “La respuesta amable calma el enojo, pero la palabra hiriente enciende la ira”. Debemos buscar siempre la forma de comunicarnos de manera respetuosa y constructiva, evitando el lenguaje ofensivo o provocador que solo aumenta las tensiones.
La polarización también ha permeado nuestras relaciones personales y familiares. Es triste ver cómo las diferencias políticas y religiosas han causado divisiones, incluso entre seres queridos. En estos casos, es fundamental recordar el valor del amor y la unidad familiar. En Efesios 4:2-3 se nos insta a “llevarnos bien con humildad y amabilidad, con paciencia, soportándonos unos a otros en amor, esforzándonos por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz”. La reconciliación y el perdón son fundamentales para sanar estas heridas y fortalecer nuestros lazos familiares.
En Colombia, aproximadamente el 70% de la población se identifica como católica, seguido por un porcentaje significativo de cristianos evangélicos y seguidores de otras religiones como el islam, judaísmo y el hinduismo.
Las religiones, lejos de dividirnos, deberían ser un puente hacia la comprensión mutua y la unidad. A través del respeto y la aceptación de las diferentes creencias, podemos encontrar valores comunes que nos unen como seres humanos. En lugar de enfocarnos en nuestras diferencias religiosas, deberíamos buscar puntos de encuentro que promuevan la convivencia pacífica y el diálogo interreligioso.
Es importante reconocer que todas las religiones tienen enseñanzas fundamentales de amor, compasión y respeto hacia los demás. Estos valores compartidos nos brindan una base sólida para construir puentes entre diferentes comunidades religiosas en Colombia. Al enfocarnos en lo que nos une en lugar de lo que nos separa, podemos promover una sociedad más inclusiva y armoniosa.
Es hora de dejar de lado los prejuicios y estereotipos religiosos y trabajar juntos para enfrentar los desafíos comunes que enfrentamos como sociedad. Al reconocer y celebrar nuestra diversidad religiosa, podemos fortalecer los lazos de fraternidad y solidaridad, construyendo así un futuro basado en el entendimiento mutuo y el respeto interreligioso.
Recordemos que la verdadera esencia de la religión está en promover la paz, el amor y el bienestar para todos. Unámonos en estos principios universales y trabajemos juntos para construir una sociedad inclusiva donde todas las personas, independientemente de su fe, sean valoradas y respetadas.
En conclusión, la polarización que vivimos como sociedad ha generado odio y división en Colombia. Sin embargo, como individuos podemos marcar la diferencia al buscar la reconciliación, practicar el amor al prójimo y promover un diálogo respetuoso. Recordemos las enseñanzas de la Biblia y trabajemos juntos para construir un país más unido y en paz.
Escrito por: Joel Serrano, Administrador de Empresas, especialista en Gerencia de Producción y Logística y Teólogo.
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Si bien es cierto que viviendo en medio de un mundo polarizado por las diferentes corrientes filosoficas y religiosas la Palabra de Dios nos invita a buscar la Paz y seguirla; pero debería ser respetando la libertad religiosa y los principios que cada cual tenga y no hacer un tutifruty ecumenico como lo trata de promover el señor Bergoglio, echando por el suelo los Principios Cristianos a fin de complacer a los mundanos líderes religiosos. En ése sentido Jesucristo es radical cuando dice:” YO SOY ” El Camino, La Verdad y La VIDA. El que Crea en MI y fuere Bautizado será SALVO, el que NO será CONDENADO. Y en el INFIERNO no hay reversa que valga; ALLÍ es el llanto y crujir de dientes por la ETERNIDAD. En éste caso cada cual se labra su destino, cada cual tiene la libertad y la POTESTAD de escoger lo que quiere;; aquí cada cual se labra su destino y cada cual es su propio Juez. Bendiciones