La Fundación Social Serrano, en su esfuerzo de aportar al desarrollo social e integral de la sociedad, se acercó al barrio la Bendición de Dios, un barrio ubicado en el norte centro histórico de la ciudad de Barranquilla, Atlántico.
El sector se encuentra conformado por personas en condición de desplazamiento, extrema pobreza, y condiciones de salubridad bastante precarias. Sin mencionar, que sus habitantes viven el día con la zozobra de no saber que les deparara, ya que, en su mayoría, viven del “rebusque”, algunos pidiendo dinero en el centro de la ciudad, otros, recolectando plástico, cobre, incluso carbón y venderlo por unos cuantos pesos y así, ganarse su día, en donde la mayoría de los habitantes se alimentan una sola vez al día.
La Bendición de Dios, para ser un barrio relativamente joven, cuenta con un historial bastante extenso en cuanto a violencia, criminalidad y torturas se refiere. En este lugar se han encontrado cuerpos desmembrados, ha ocurrido asesinatos y el expendio de drogas ha afectado el progreso ético y moral de sus habitantes.
Es importante mencionar su historial, lo que ha vivido el sector, lo que sus habitantes día a día tienen que luchar para poder sobrevivir, ni siquiera para vivir, aunque suene fuerte, pero es una realidad. El barrio la Bendición de Dios, ha sido abandonado por el estado, incluso por la sociedad. Le hemos dado la espalda a sectores que requieren nuestra ayuda, tanto en darles un pan físico y también, llevarles la Palabra de Salvación.
Fundación Social Serrano
La Fundación Social Serrano, en su ánimo de aportar un pequeño grano de arena, se acercó al sitio, sin antes, conocer de antemano un tanto de las necesidades del sector. Ese día, sábado muy temprano por la mañana, se entregaron más de 100 desayunos, de igual forma, se entregaron biblias, y se predicó el Evangelio de Cristo a más de 200 personas.
Si bien es cierto, no podemos acabar con el hambre del sector, si podemos llevar sonrisas y cambiar momentos que serán recordados. Es muy difícil y bastante contradictorio entregarle una caña de pescar y enseñarle a atrapar pescados a una persona, cuando esa misma persona lleva días sin poder comer bien. Es de suma importancia recordar lo que Jesús nos enseña en las Escrituras;
“Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron.”– Mateo 25: 35 – 36
Un llamado a la Iglesia
La unanimidad de la iglesia en su contexto general y global es la socialización por el bienestar integral no solo de sus miembros, si no, también, por aquellos marginados, pobres, y apartados de la sociedad. El pilar es discipular, es ir, no es solo estar, es una acción, y si algo aprendemos de la Biblia y de la vida de Jesús, es que él fue, e hizo.
Como Iglesia, debemos entender que, para ser agentes de cambio, debemos transformar nuestra manera de ver el evangelio. Llevar la Palabra, el alimento espiritual, pero también es muy importante llevar el alimento físico. ¡Jesús lo hizo! Esta es, nuestra responsabilidad.
Y muy seguramente amigo lector, ha escuchado y leído en más de una ocasión estas líneas aquí redactadas, pero el asunto está, en que es momento de actuar. Los tiempos van rápido, muy acelerados, y el afán de la vida no puede segarnos a una realidad, que es un mandato divino.
Ayudar al prójimo: Tarea de todos
En este segmento no me enfoco en religiones, me enfoco en acciones, en las convicciones de aportar nuestro pequeño grano de arena y contribuir al desarrollo de la sociedad de manera integral.
He escuchado infinidad de veces, “Si tuviera dinero, ayudaría al necesitado”, de por sí, podemos pensar que el que no tiene, nada puede dar. Pero no es tan cierto. La Fundación Social Serrano ha entendido que hasta con mil pesos, un par de panes y un café, acompañado de un “Dios te bendiga”, “¿Te puedo hablar de Jesús?”, puede transformar vidas. Te insto a que si en tu corazón está el deseo de ayudar al necesitado, hazlo. Y si por algún motivo no tienes ese deseo en tu corazón, oro para que el Espíritu Santo, coloque el sentir para que contribuyas y te unas a estas labores. Recordemos que nuestra recompensar está en los cielos.
¡Tenemos trabajo por hacer!
Escrito por: Joel Serrano, Administrador de Empresas, especialista en Gerencia de Producción y Logística y Teólogo.
También te puede interesar leer: Nick Vujicic: “Iglesias están demasiado enfocadas en recolectar diezmos…”.
No es necesario tener dinero para colaborar.lo que hay que tener es un corazón dispuesto para servir a quienes padecen estas necesidades.Hay que crear conciencia d ser utilies a la sociedad.Bendicion infinita hallaran por tan bonita obra.