
El conocido periodista, escritor e historiador Adlai Stevenson acaba de lanzar su nuevo libro: “En esta ciudad de mi alma: Gabito y Barranquilla”, obra ganadora de la beca “Crónicas del Árbol Gabo”, otorgada por el Programa Nacional de Estímulos 2024, del Ministerio de las Cultura, las Artes y los Saberes.
La versatilidad de Adlai – que a través de los años nos ha llevado, con su pluma ágil, rigurosa y agradable, a conocer desde el particular tema de “los polvos de la arenosa” hasta la descripción histórica y espacial del Cementerio Universal, pasando por los orígenes de los “bailes cantaos” de la Depresión Momposina, la música de Pacho Galán y Peñaloza, el arte de Alejandro Obregón, el legado del Padre Valiente y las historias del centro de la ciudad, entre muchas otras obras que ya completan más de treinta – esta vez, bajo la Editorial Libra Libro Proyectos, nos deleita con un lenguaje coloquial y, a veces, rebuscado (nos recuerda por momentos al que utilizaba Alfredo de La Espriella, ese otro grande de la historiografía de Barranquilla), el trasegar en varios instantes significativos de su vida por nuestra ciudad de quien fuera, según la acepción nuestra y no la cubana, un auténtico “Camaján”: Gabriel García Márquez.
Es así como el mismo autor apunta y califica su obra: “Esta crónica de largo aliento promueve la percepción de un escritor y periodista agradecido con una ciudad a la que, tal como lo confesaría públicamente varias veces durante diversas circunstancias de su vida, tanto le debía.”
Es muy ilustrativa y precisa la descripción que hace Stevenson del paso del Nobel por la capital del Atlántico en varios momentos de su existencia: desde su niñez, cuando llegó aquí y conoció realmente a su madre; más tarde, a sus ocho años, cuando fue a ocupar con su familia la casa que se conocería como “El Castillo” en el barrio Abajo; su encuentro, más adelante, con el séptimo arte en el Teatro Colombia y con la radio participando en los concursos de Emisora Atlántico y La Voz de la Patria; luego, durante sus estudios en el Colegio San José; su encuentro en el vespertino El Nacional con Germán Vargas y Cepeda Samudio; su integración intelectual al denominado Grupo de Barranquilla (al lado de Obregón, Cepeda Samudio, “Figurita” Rivera, Fuenmayor, Vargas, Julio Mario Santodomingo, Cecilia Porras y el Sabio catalán: Ramón Vinyes); posteriormente, en la crucial llegada a El Heraldo, en enero de 1950, en el que publica su primera columna bajo el nombre de “Jirafa”, utilizando el seudónimo de Séptimus, que le marcaría como periodista durante toda su existencia, tanto que allí terminó de completar su primera novela: La Hojarasca; su matrimonio ocho años después con Mercedes Barcha en la iglesia del Perpetuo Socorro; sus reiteradas y emotivas reuniones en los Cafés Roma y Colombia, en la Librería Mundo y, por supuesto, en La Cueva; y, en fin.
Llama poderosamente la atención la manera como el autor describe el sentimiento de afecto de Gabo por nuestra ciudad y los testimonios de los amigos, familiares y biógrafos del Nobel sobre las diferentes facetas e instantes en la vida del Nobel en Barranquilla.
De hecho, en varias citas que tare el libro se repite la frase de Gabriel García Márquez: “…en esta ciudad de mi alma tan apreciada de propios y ajenos por la buena índole de sus gentes y la pureza de su luz”.
Finalmente, Adlai en este, su nuevo libro, se atreve a sugerir que: “Siempre en Gabito hubo la secreta esperanza de vivir en Barranquilla.”

Por Víctor Herrera Michel Abogado-Periodista. Autor de los libros Como Ganar las Elecciones y Manual del Candidato Ganador. Ganador del premio nacional de periodismo Analdex/Proexport 2012. Ha sido catedrático universitario, presentador de diversos programas en Telecaribe y columnista en varios medios de comunicación impresos y digitales. Actualmente es director del Noticiero de la Gente que se emite por la Voz de la Patria Celestial. @vherreram
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