Las críticas abundan por estos días acerca del estreno de la serie “Cien Años de Soledad” en la plataforma Netflix, que hizo la mayor inversión hasta ahora en una producción en Latinoamérica y que consta de dos temporadas de 8 capítulos cada una. Ya hemos visto la primera.
Hay que reconocer que no era fácil adaptar al cine, como si fuera un guion, esta obra cumbre de la literatura universal escrita por el Nobel colombiano Gabriel García Márquez y catalogada entre las 100 mejores novelas de habla hispana del siglo XX por el diario español El Mundo, también dentro de los 100 libros del siglo XX por el francés Le Monde y que ha sido traducida a casi 50 idiomas.
Quizás por eso siempre Gabo se opuso a ello. Recordemos que el nobel estudió cine en el Centro Experimental de Cinematografía en Roma mucho antes de haber escrito sus novelas y que fundó, hace casi 40 años, la prestigiosa Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños, en Cuba, a la que dedicó tiempo y dinero para apoyar la carrera de cine de jóvenes provenientes de América Latina, el Caribe, Asia y África.
Sin embargo, no le han ido bien a las películas que se han hecho con base en algunas de sus obras. Pero sus herederos, al parecer, están sacando provecho económico, así sea a costa de la imagen del Nobel, a solo 10 años de su muerte. Dicen los entendidos que van dos pifias, la primera fue la de la novela póstuma “En Agosto nos vemos”.
Pero, comoquiera que no somos expertos en cinematografía, sino simples espectadores, lo que más extrañamos en la serie hasta ahora es el sentido Caribe en toda su extensión.
Es probable que debamos esperar a que una producción dirigida por un argentino y una paisa, cuyos principales actores son del interior del país y grabada en una locación del Tolima podría carecer de los elementos propios de lo que describía García Márquez: “… Yo nací y crecí en el Caribe. Lo conozco país por país, isla por isla, y tal vez de allí provenga mi frustración de que nunca se me ha ocurrido nada ni he podido hacer nada que sea más asombroso que la realidad…”(El Espectador 1981).
En ese sentido Caribe, y quizás por nuestra ignorancia, recordamos la serie “Escalona”, con Carlos Vives, grabada en Valledupar hace 33 años con muchísimos menos recursos técnicos, tecnológicos o económicos que los que existen hoy, pero con un reparto, vestuario, locaciones, fotografía, Iluminación y lenguaje muy nuestros y una extraordinaria musicalización. Por algo nuestro Nobel decía que: “…Cien Años de Soledad es como un vallenato de 450 páginas…”.
Ojalá la nueva temporada de la serie tenga lo que no las estirpes del libro: una segunda oportunidad.
Nota al margen: En Barcelona -la meca cultural hispanoamericana – visitamos la portentosa Biblioteca Gabriel García Márquez (premiada como la mejor biblioteca pública del mundo) de 6 pisos, con amplias y modernas salas de lectura y miles de libros, además del busto del Nobel colombiano exhibido allí.
En Barranquilla ni siquiera existe una estatua de Gabo, por decir lo menos, como la del Joe, Shakira o los jugadores del Junior. De hecho, en la Feria del Libro, que acaba de concluir ninguno de los eventos programados, fue dedicado a la obra del Nobel.
Próximamente, será publicado un libro, premiado por el Ministerio de Cultura, del maestro Adlai Stevenson sobre la vida de Gabo en Barranquilla, aprovechemos para rescatar su imagen y su obra en nuestra ciudad.
Por Víctor Herrera Michel Abogado-Periodista. Autor de los libros Como Ganar las Elecciones y Manual del Candidato Ganador. Ganador del premio nacional de periodismo Analdex/Proexport 2012. Ha sido catedrático universitario, presentador de diversos programas en Telecaribe y columnista en varios medios de comunicación impresos y digitales. Actualmente es director del Noticiero de la Gente que se emite por la Voz de la Patria Celestial. @vherreram
Sé el primero en comentar