Métodos cuánticos y los cristianos

La física cuántica es una rama de la ciencia que ha revolucionado nuestra comprensión del universo. De igual forma, estudia la materia a escalas muy pequeñas: a nivel molecular, atómico y aún menor. De no ser por su descubrimiento no se hubiese podido descubrir la electrónica (desde ordenadores a móviles), ni los láseres, ni los nuevos materiales (vitrocerámicas).

Los métodos cuánticos se utilizan en muchas aplicaciones, desde la electrónica hasta la criptografía. Sin embargo, algunos cristianos se preguntan si deben preocuparse por la física cuántica, ya que parece ser un tema muy complejo, científico, y en el mayor de los casos, un asunto muy difícil de entender.

Resulta importante destacar que no hay una respuesta total y única a esta incógnita. Algunos cristianos pueden estar interesados en la física cuántica porque les gusta aprender sobre ciencia y tecnología, mientras que otros pueden no tener ningún interés en el tema, suele resultarles un poco distante. Lo que es valioso recordar es que la física cuántica, como cualquier otro tema científico, es simplemente una herramienta para comprender el mundo que nos rodea.

Desde una perspectiva cristiana, podemos ver la física cuántica como una forma más de explorar la creación de Dios. La Biblia es enfática y nos habla que Dios creó el universo y todo lo que hay y habita en él. La física cuántica nos permite explorar los misterios y aquellos enigmas del universo y maravillarnos ante la complejidad y la belleza de la creación magistral de Dios.

Además, algunos físicos y teólogos han explorado la conexión entre la física cuántica y la espiritualidad. El físico David Bohm, fue un físico americano, que hizo importantes contribuciones en los campos de la física teórica, la filosofía y la neuropsicología, y además participó en el Proyecto Manhattan. Por ejemplo, desarrolló una teoría en la que la realidad se compone de dos aspectos: la realidad visible y la realidad oculta o “implicada”. Según David Bohm, la realidad oculta es una especie de “campo cuántico” que subyace a todo lo que vemos y experimentamos. Algunos teólogos han visto en esta teoría una conexión con la idea de que Dios está presente en todas partes y en todo momento, a lo que le llamamos omnipresente, incluso si no podemos verlo directamente.

¿Soy yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy lejos? 24 ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? – Jeremías 23:23-24 Reina-Valera 1960

Por supuesto, no todos los físicos y teólogos están de acuerdo con estas interpretaciones de la física cuántica. Algunos ven la física cuántica como una simple herramienta para comprender el mundo material y de forma tangible, sin implicaciones espirituales o religiosas.

¿Qué nos puede decir la Biblia de la Física Cuántica?

Desde una perspectiva bíblica, podemos encontrar muchos pasajes que hablan de la grandeza y la complejidad de la creación de Dios. En el libro de Job, por ejemplo, Dios habla de su poder y sabiduría en la creación del universo: “¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. […] ¿Has entrado en los tesoros de la nieve, o has visto los depósitos del granizo?” – Job 38:4,22.

En el Salmo 19, David habla de la belleza y el orden del universo como una prueba del poder y la sabiduría de Dios: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría” – Salmo 19:1-2.

“¿No has sabido? ¿No has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no tiene límites.” – Isaías 40:28

En conclusión, no hay una respuesta única a la pregunta de si los cristianos deben preocuparse por la física cuántica. Algunos pueden encontrar en la física cuántica una herramienta para explorar la creación de Dios y su complejidad, mientras que otros pueden no tener.

Por lo tanto, ánimo e insto a los cristianos a estudiar y explorar la física cuántica y sus métodos, no solo como una herramienta para comprender el mundo que nos rodea, sino también como una forma de profundizar en su fe y en su relación con Dios. Al hacerlo, podemos encontrar nuevas formas de maravillarse ante la creación de Dios y crecer en su conocimiento y amor por Él.

Escrito por: Joel Serrano, Administrador de Empresas, especialista en Gerencia de Producción y Logística y Teólogo.

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