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Ninguna ciudad y ningún municipio en Colombia reúne en un mismo territorio, y al mismo tiempo, tantas ventajas comparativas y competitivas, ni tanto potencial de desarrollo y progreso como Soledad (Atlántico). Veamos: Un aeropuerto internacional, el Ernesto Cortissoz, que podría convertirse en el Hub del Gran Caribe, con una ciudadela y Zona Franca aeroportuarias. Una Gran Central de Abastos que podría complementarse con un enorme parque industrial. Una terminal de transporte interdepartamental que podría crecer mucho más. Está bordeada por el caudaloso Río Magdalena que la conecta con 18 departamentos y numerosos puertos. Limita con la Avenida Circunvalar que la comunica por tierra con medio país. Queda a 1 minuto del Puente Pumarejo que la vincula con el otro medio país. A 5 minutos del Puerto de Barranquilla que la enlaza con el resto del mundo. Colinda con el estadio más grande de Colombia, El Metropolitano, sede del Junior y la selección nacional. Único municipio integrado al sistema de transporte masivo de Barranquilla, Transmetro. Forma parte del Área Metropolitana de Barranquilla. Y, lo más importante: Tiene 800.000 habitantes lo que la convierte en la tercera en población en la costa (por encima de Santa Marta, Montería, Valledupar, Sincelejo y Riohacha) y la séptima en el país (por encima de Bucaramanga, Tunja, Manizales, Armenia, Pereira, Ibagué, etc. y los más de 1.100 municipios del territorio nacional). Es decir, tiene una fuerza laboral y una capacidad de consumo de inmensas posibilidades. Adicionalmente, su extraordinaria vocación cultural que recuerdan “Pacho” Galán, Efraín Mejía, Pedro “Ramayá” Beltrán, Gabriel Segura y Alcy Acosta. Por último, tiene un producto estrella que la caracteriza: La Butifarra que, una vez producida de manera industrial podría ser comercializada a nivel nacional e internacional. Con la gran ventaja que, de acuerdo a un estudio microbiológico de la Universidad Simón Bolívar, debido al proceso de cocción a que es sometida en su preparación no contiene bacterias, ni tampoco nitritos y nitratos (sustancias cancerígenas según la OMS) que si poseen las carnes frías refrigeradas que se venden en supermercados y tiendas. Soledad creció exponencialmente en los últimos 60 años sin orden ni planeación, por eso, ante tanta riqueza potencial, lo que se observa hoy es una gran pobreza social: La gran mayoría de su población es estrato 1 y 2; Mantiene altísimos niveles de desempleo, informalidad e ilegalidad; No tiene una universidad; Gran parte de sus gentes habita en barrios con privaciones en saneamiento básico y servicios públicos; Carece de un acueducto propio; Tiene serios problemas de movilidad; en fin. Ahora veamos comparativamente que sucede en otros municipios mucho más pequeños en el Atlántico: Galapa (35.000 habitantes) tiene una Zona Franca y varios parques industriales; Puerto Colombia (60.000 habitantes) un impresionante desarrollo de infraestructura turística, la continua expansión urbana de Villa campestre y el nuevo megaproyecto de Ciudad Mallorquín; Malambo (140.000 habitantes) su parque industrial PIMSA y la construcción de una imponente planta procesadora de frutas del Grupo Ardila Lulle; Baranoa (62.000 habitantes) desarrolla tres parques Eólicos y Sabanalarga (100.000 habitantes) dos, que inauguran en el 2025; En Palmar de Varela (28.000 habitantes) la multinacional Ternium construyó una planta de 120 hectáreas produciendo anualmente 700 mil toneladas de Acero y Bavaria inaugura este año la planta más moderna del país; En Ponedera (24.000 habitantes) otra multinacional, Enel Energy, edifica el parque eólico más grande de Colombia; Juan de Acosta (18.000 habitantes) estrena el centro náutico más completo del país. Sin duda, es hora de trabajar unidos para planear, proyectar, atraer inversión y aprovechar la gran oportunidad de progreso y desarrollo que ofrece Soledad. Por Víctor Herrera Michel Abogado-Periodista. Director Noticiero de la Gente-LA VOZ DE LA PATRIA CELESTIAL. Premio nacional de periodismo ANALDEX/PROEXPORT 2012. Escritor. Columnista. @vherreram También puedes leer: ¡Hacia el Gran Caribe…!