S.O.S para Alfredo Gámez un ex habitante de la calle, restaurado por Dios, que hoy se encuentra en una situación de salud deplorable y necesita de nuestra ayuda.
Por: Javier Ahumada Bolívar
Hace ocho años aproximadamente, tuve la oportunidad de sacar el testimonio de Alfredo Gámez en el periódico impreso de Buenas Nuevas. Me impactó el que haya durado más de 20 años viviendo en la calle producto de una vida sumergida en las garras de las drogas y del alcohol. En esa ocasión titulé la nota De las calles a los tribunales.
Era un estudiante sobresaliente de Derecho en la Universidad Externado de Colombia, cuando las drogas lo sedujeron y esclavizaron. Ya restaurado, lo primero que hizo fue hacer las diligencias necesarias para terminar la carrera que le apasionaba.
En la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla, con la determinación, tenacidad y perseverancia que lo caracterizan, logró cumplir su sueño postergado: ser abogado. El enero de 2013 se graduó. Tenía 54 años de edad y fue ejemplo en esa institución.
Ya con su tarjeta profesional, comenzó a solicitar trabajo, pero por su edad y condición de ex drogadicto no le fue fácil. Ninguna empresa lo contrató. Decidió entonces brindar sus servicios como abogado litigante.
Algunos negocios comenzaron a salir, pero para poder recibir honorarios significativos debía esperar a que las demandas fueran falladas a su favor. Pasaron varios años de escasez, que Alfredo resistió siempre agarrado de la mano de Dios. En este medio le dimos la oportunidad para escribir y en la parte comercial.
Una oportunidad
El doctor Jairo Certain Duncan, Director Administrativo de la Caja de Compensación Familiar COMFAMILIAR Atlántico, lo conoció cuando este se paseaba por los alrededores de la Universidad del Atlántico en calidad de indigente.
Grande fue su sorpresa cuando lo vio que decidió contratarlo como abogado externo. –Es un ejemplo de superación. Precisó Certain.
Como abogado contratista de COMFAMILIAR, le correspondía analizar las carpetas u hojas de vida de las familias aspirantes a conseguir un subsidio de vivienda. Por cada revisión, al final del mes le cancelaban sus honorarios. Su calidad de vida mejoró.
Enfermedad y pandemia
Pero en contraste con las mejorías, desde el punto de vida económico, poco a poco la salud de Alfredo se iba deteriorando. Los médicos de su EPS, lograban mitigar por tiempo los males que le aquejaban. Fuerte dolores de estómago y diarreas frecuentes.
En marzo del año pasado se conjugaron dos cosas: por una parte le diagnosticaron cáncer gástrico y por otra empezaron las cuarentenas por el COVID-19. Hasta el momento lleva 10 quimioterapias para atenuar el cáncer. La última se la colocaron el pasado 12 de abril.
Elda Amado, su compañera, una mujer solidaria y abnegada con la enfermedad de su marido lo acompaña en las diferentes secciones.
Aunque no ha sido despedido como contratista, gracias a Dios y al Dr. Certain, por su incapacidad las labores que le correspondían realizar bajaron considerablemente y por ende los ingresos.
Los pocos recursos que percibe los invierte en pagar la salud y parte de la alimentación. Pero no le alcanza para cubrir otras necesidades como arriendo, servicios, traslados a citas, entre otras. A pesar de ayudas que ha recibido por parte de algunos hermanos.
La oración de la pareja ha sido fundamental para fortalecerlos en medio de esta prueba. Desde aquí hacemos un llamado de solidaridad para con nuestro hermano Alfredo, en estos momentos tan adversos.
“Dios me ha hablado de su plan y estoy seguro que nuevamente saldré adelante. Por eso les digo: No lo duden. La ayuda de ustedes como parte de ese plan será por misericordia del Señor y bendecirá sus vidas”. Manifestó Alfredo Gámez.
Celular de contacto: 3213580335
Si desea consignar puede hacerlo a la cuenta de ahorros No. 812957004 de Av Villas nombre de Alfredo Gámez
Por Servientrega Alfredo Gámez C.C. No 12542979
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De la mano de Dios todo es posible