“Es particularmente urgente, ante la emergencia humanitaria y la crisis global generada por la Covid-19, así como la migración masiva, unirnos con amplitud de perspectivas, para que nuestro querido pueblo pueda enfrentar la emergencia, reencontrar la paz y comenzar unidos la reconstrucción del país”, señala la declaración pública.
Por: Ernesto González
En el transcurso de la cuarentena que está acatando la población Venezolana por el virus COVID-19, diversas organizaciones religiosas y sociales entre ellas la iglesia católica, judía, evangélica, anglicana adventista, se unieron para conformar el Consejo Interreligioso Social de Venezuela.
Cabe destacar, que las reuniones se venían desarrollando desde el pasado 19 de noviembre, con la finalidad de una “búsqueda de soluciones que contribuyan al bien y a la paz, que nos permitan mostrar la posibilidad de construir confianza donde hay precariedad, ver esperanza donde se ve solo fatalidad, vislumbrar vida en lugar de muerte y destrucción”, según reseña su comunicado.
Entre los objetivos a prevalecer en el recién nacido Consejo, es de “una estructura de reflexión y acción basada en la pluralidad, cuya contribución será generar consensos para mitigar los graves problemas que vive nuestra sociedad, y lesionan el valor esencial de la familia, el sentido de comunidad y debilitan la vida y la institucionalidad democrática”.
De igual forma, entre los siete puntos difundidos se encuentra la sensibilización de “los líderes políticos para que restablezcan con urgencia una cultura del diálogo y paz, basada en la garantía de los derechos humanos, el respeto de las instituciones democráticas y el Estado de derecho”.
Entre los siete principios y objetivos extraídos del comunicado son los siguientes:
- Conformar un espacio de planificación de actividades conjuntas, inspiradas en el bien común, la promoción de la dignidad humana y la ejecución de respuestas oportunas de asistencia humanitaria a los grupos más vulnerables de nuestro país, que permitan mejorar la vida individual y colectiva de nuestro pueblo.
- Impulsar la reflexión, el diálogo genuino y el entendimiento recíproco entre todas las comunidades e instituciones religiosas, organizaciones con base de fe y los distintos actores sociales y políticos de la sociedad venezolana teniendo como marco los derechos humanos y la dignidad humana.
- Unir a toda la familia y comunidades religiosas venezolanas, a fin de articular una solución para todos los sectores del país capaz de hacer prevalecer el bien común.
- Sensibilizar a los líderes políticos para que restablezcan con urgencia una cultura del diálogo y paz, basada en la garantía de los derechos humanos, el respeto de las instituciones democráticas y el Estado de derecho.
- Crear mecanismos para la construcción inclusiva de propuestas, con un espíritu participativo y solidario, capaz de hacer de Venezuela un país en el que el valor trascendente de la vida, el respeto a las diversas posturas y creencias, el trabajo y los valores que nos unen sean los que construyan la paz social
- Asumir el compromiso y el derecho de las comunidades e instituciones religiosas, organizaciones con base de fe y de los entes sociales a servir de soporte a la mutua comprensión entre ciudadanos y ciudadanas.
- Animar las iniciativas que promueven desde los diferentes sectores políticos, económicos, religiosos y sociales, el trabajo perseverante de todas las personas de buena voluntad que se dedican, desde su propio ámbito, a edificar un mundo de paz, solidaridad y respeto recíproco.
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