Adriana Acosta Santos nació el 9 de junio de 1979 en el Barrio San Felipe de Barranquilla, Colombia. Recibió de su padre la herencia musical y desde muy pequeña se inclinó por este arte. La primera interpretación musical fue frente a sus compañeritos de colegio cuando solo tenía tres años de edad.
Sus estudios los realizó en instituciones religiosas, la primaria en el Asilo San Antonio y el bachillerato en el Colegio San José. En ellas participó en cuanto festival se realizaba y casi siempre salía ganadora. A los seis años compuso su primera canción que llamó “Santo” y otra “Jesucristo”, luego de esta composición y acompañada de la guitarra, comenzaron a fluir, desde su interior, alabanzas y adoraciones al Señor, para la admiración de directivos y de sus compañeros de estudio.
Adriana era una niña talentosa y disciplinada, pero así como desarrollaba su vocación musical, también aprendió el amor por el prójimo, por el desvalido, por aquellos niños que visitaba con sus compañeros de escuela en los barrios pobres de la ciudad. Hasta los 13 años de edad fue novicia, es decir, estuvo preparándose para ser monja. Aunque le gustaba el trabajo social que desarrollan estas comunidades religiosas, no veía con buenos ojos el no tener hijos, ni casarse y para ella, a pesar de su edad, ese era su sueño: tener una familia.
A los 16 años y mientras trabaja en una importante empresa de la ciudad, adelantó y culminó sus estudios de Administración e inglés, además estudió música en la Academia Campo Miranda y en Bellas Artes.
La conversión
Un día de diciembre de 2003, mientras caminaba hasta su casa, escuchó música a ritmo de merengue, que le llamó la atención. “Era como una especie de concierto y me quedé allí mirando, al rato me di cuenta de que eran alabanzas que estaban tocando en una campaña, cuando me di cuenta estaba recibiendo al Señor. Ese mismo día tuve mi encuentro con Dios y me convertí a Él, mi vida de ahí en adelante fue diferente y comencé a congregarme”. Indica.
Dice que ese día, le dieron la promesa que hasta el hoy se está cumpliendo en su vida: Que sería usada para llevar el mensaje de la Palabra y a través de sus letras a muchos lugares de la tierra, que su familia sería familia Pastoral de muchos y que su vientre daría profeta y adoradora.
Seis meses después, en la iglesia Elohim de Barranquilla, se bautizó y comenzó su carrera ministerial como cantautora y adoradora cristiana.
En el Ministerio Musical Moradora de Sion, fue donde participó como vocalista principal junto a su prima Verónica Rodríguez en lo que sería la primera producción musical, “ROMPE LOS CIELOS”.
Rompe los Cielos
Este también fue el tema principal de la producción, y tuvo el privilegio de hacer la versión original, tanto en español como en inglés, “BREAK THE SKY”, escrita por el Pastor Edwin Sierra de Cartagena. La canción ha sido regrabada por diferentes salmistas en otras versiones.
Todos los temas, a excepción de Rompe los Cielos, son de su autoría, de los cuales se destacan “Unción de lo Alto”, “Ofrenda de Amor” y “Eres Tú”, también escribió para esta producción “Te Alabo Señor” Y “Love Offering”.
Después de varios años de crecimiento y pruebas en el ministerio, se retira y empieza su carrera como solista. Además de interpretar, también escribe canciones para Salmistas como Rossi de México y Kika Reyes de Colombia, entre otros.
El 16 de diciembre de 2006, en la iglesia Boston Central, se casó con el pastor y abogado Luis Alberto Guerra García, tal y como ella había soñado. Un año después, apoya a su esposo en el ministerio pastoral Concilio Internacional Fuente de Vida, nombre que lleva la iglesia ubicada en el barrio Rebolo, en el sur oriente de la ciudad. Adriana es la actual vicepresidenta y secretaria general del concilio.
Dos años después nace María Alejandra Guerra Acosta, adoradora y profeta del Señor, la cual hereda de sus padres los talentos dados por Dios y actualmente ministra la alabanza junto a ellos en el Ministerio y es una destacada tenista.
Mil Razones
Adriana, con su Ministerio Evangelístico, ha visitado diferentes ciudades colombianas y países como Estados Unido, México, Venezuela, Ecuador y panamá predicando la Palabra a través de Congresos, seminarios y campañas.
“Mil Razones Para Amarte”, es su segunda producción musical donde es autora e interpreta todos los temas musicales; (Tengo, Fuego del Cielo, Mi Dulce Amor, Padre Bueno, Entre Tus Brazos, Nada Soy Sin Ti, Mil Razones, El Rey, Dame La Vida y Arcoíris, Incluyendo Una Versión Acústica De Mil Razones).
En estos momentos trabaja en su cuarta producción. Luego de “Veo Tu Luz”, uno de los temas, Instante de Amor, inspirado en su progenitora Alicia Santos Hernández, quien partió a la presencia del Señor.
Para los primeros meses del nuevo año, prepara una larga gira de predicas y ministraciones en los Estados Unidos.
Es directora del programa radial Cántico Nuevo, que se transmite a todo el mundo a través de la página oficial Iglesia Fuente de Vida y pastora Adriana Acosta en Facebook, los martes, jueves y sábados, desde las 7:00 a.m.
A pesar de la separación de sus padres, cuando tenía nueve años, y que por una enfermedad de su madre, siendo ella una adolescente, le tocó asumir la responsabilidad en la casa, Adriana tiene los mejores recuerdos de su niñez y juventud.
Adoradora
Lo que si le “dio duro” fue y sigue siendo su formación en Dios. “Este camino no es fácil, ni es un Juego, procuro ser útil en el Reino, me dejo enseñar por Dios, tengo bien puestos los pies sobre la tierra, pero mi corazón en el Cielo, para hacer la voluntad de Dios en cada paso de mi vida”, manifiesta.
Añade que “en este medio Cristiano es que vine a conocer la traición, la maldad de mucha gente, pero Dios lo permitió para que dependiera solo de Él, y tratar mi corazón con el amor y la misericordia, hay que tener mucho amor a Cristo y por consiguiente al prójimo para no desmayar en el Camino, poniendo nuestros ojos solo en Jesucristo”.
Se considera una adoradora de tiempo completo, no porque canta o compone, sino porque —adorar es un estilo de vida, que permite exaltar al Señor—.
Escrito por: Javier Ahumada Bolívar
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Excelente, Dios es bueno