A pesar de las diferencias que se presentan en diversas épocas, etapas y gobiernos, es imborrable la historia que va más mucho más allá de dos países vecinos
Por: Ernesto González
El nombre de Venezuela recorre todo el mundo a través de sus inmigrantes, emigrantes o migrantes, (última actualización 05/02/2021 según R4V son 5.478.377 migrantes).
Muchas han sido las noticias nefastas que podría enumerar aquí, sobre las tragedias que viven mis connacionales fuera de nuestras fronteras, sin embargo no soy el único que afirma esto, y —no es cliché— así como hay buenos, también hay malos (venezolanos). A estos últimos, solo me queda pedirle a nuestro Dios vivo, que redarguya sus mentes y corazones, pero como dice la frase popular “por uno pagan todos” y lamentablemente así se ha hecho el “pago” en diversos contextos.
Misericordia o lastima
Hay dos palabras que contextualizaré en este panorama y son: “misericordia” y “lastima”. Según el diccionario de la RAE, misericordia: es la “virtud que inclina el ánimo a compadecerse de los sufrimientos y miserias ajenos. Atributo de Dios, en cuya virtud perdona los pecados y miserias de sus criaturas”, por otro lado lástima de acuerdo al diccionario WordReference.com es “cualquier cosa que cause disgusto, aunque sea ligero”; “expresa pena o disgusto”.
Los orígenes etimológicos de estas palabras derivan del latín. En el caso de “lastima” proviene del verbo “blastemare”, interpretándose como “calumniar” “dañar”, mientras “misericordia”, se descifra como una “virtud” o “actitud bondadosa”.
Les comento que cuando le hice saber a mi hermano y colega Javier Ahumada (Director de Buenas Nuevas), quien por la gracia de Dios me ha permitido ejercer el periodismo de letras vivas en este portal colombiano, me dijo: “hermano pero lastima suena feo”; sí, a veces las palabras tienen ese retumbar que nos hace oír de ellas la parte no agradable, sin embargo al buscarlas en un diccionario nos lleva a la raíz de su significado y no a una interpretación ligera del momento.
Diferencias históricas
Nos queda claro, que en donde los venezolanos de bien, han causado incomodidad, simplemente estamos en presencia de “lastima”, sin embargo este desglose me lleva a concluir que la “misericordia” está presente en Colombia, nación hermana históricamente hablando, la cual no puede ser borrada, por diferencia de gobiernos de turno. Estas diferencias también son históricas, como lo fue en el periodo independentista.
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Ejemplifiquemos: en el periodo de la Independencia, Bolívar y Santander fueron compañeros de armas, de batallas, de victorias, de derrotas, los mismos tenían distintos temperamentos e ideas, sin embargo lo resaltable es que derrotaron a los españoles.
Recordado esto, nos lleva a concluir que no hay que quedarse en el trauma si no en la victoria de los acontecimientos.
Es por ello, que cuando el presidente actual de Colombia, Iván Duque y su gobierno, (insisto a pesar de las diferencia que tenga con el presidente Nicolás Maduro [Eclesiastés 1:9]) hicieron el anuncio de crear un “Estatuto de Protección Temporal”, estamos en presencia de una “misericordia” y no de “lastima”, debido a las conceptualizaciones que vimos anteriormente.
Se aprecia que no hay “disgusto” al facilitarle a mis paisanos en su país, que puedan “chambear” formalmente, ir a un centro hospitalario para solventar un problema de salud, asistir a un banco colombiano a guardar o retirar los pesos que obtienen con su trabajo, dinero que luego de ser conversionado es enviado a familiares en Venezuela, de igual forma que nuestro chamos sigan aprendiendo las icónicas clases de ma-me-mi-mo-mu o 2+2=4.
La Palabra de Dios dice:
“El extranjero que resida con ustedes les será como uno nacido entre ustedes, y lo amarás como a ti mismo, porque ustedes fueron extranjeros en la tierra de Egipto. Yo soy el SEÑOR su Dios”. Levítico 19:34 (Nueva Biblia Latinoamericana).
“Y vendrá el Levita, que no tiene parte ni herencia contigo, también el extranjero, el huérfano y la viuda que habitan en tus ciudades, y comerán y se saciarán, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en toda obra que tu mano haga”. Deuteronomio 14:29 (Nueva Biblia Latinoamericana).
Finalizo, apegado al ministerio profético, Dios ha hablado a través de sus profetas consagrados para Él. Venezuela pasa en estos momentos por su desierto, sin embargo hay que tener en cuenta que luego de haber culminado ese transitar, de la mano del Dios Todopoderoso, nacerá la Nueva Venezuela, un país lleno de su Gloria, Unción, Soberanía, Majestad y Poder, como “Cabeza de Naciones”, unción que será transferida espiritualmente para aquellos países que no la rechazaron (incluyendo a sus habitantes), objetaron ni burlaron. Dios tenga misericordia de aquellos países que hoy en día le cortan las “alas” a un venezolano.
Mi país recibió a todos de brazos abiertos sin distinción de ideología (movimiento cultural, religioso, político), no obstante no realizaré la mención de estas ayudas humanitarias que le brindamos a un sinfín de inmigrantes, emigrantes o migrantes, para no sacárselas en cara, simplemente me quedo con la cosmovisión que el ayudar al prójimo, es una acción que nos manda a realizar el Creador.
¡Dios te bendiga Colombia!
¡Dios bendiga a este medio colombiano!
De un venezolano
Nota: considero necesario observar las definiciones de estos tres términos que usamos con referencia al tema expuesto, donde los tres son aplicables para el venezolano que se va de su país por diversas razones.
- Migrante: Se refiere a la persona que migra, a aquel sujeto que abandona el lugar en el que habita y que llega a otra parte, para radicarse y constituirse hogar en él.
- Emigrante: Se refiere a la persona que emigra, a aquella que se traslada del lugar donde tiene establecido su hogar (pueblo, ciudad, país), para establecerse en otro.
- Inmigrante: Se refiere a una persona que deja su país natal y se va para otro, para radicarse en él.
Fuente: https://www.upb.edu.co/es/central-blogs/ortografia/como-se-dice-migrante-emigrante-inmigrante
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