Este fin de semana tuvimos el privilegio de asistir al cierre de la Feria Internacional del Libro en Bogotá, en su versión 35 este año, para, entre otras cosas, presentar y promocionar nuestro nuevo libro: Manual del candidato ganador, una guía práctica de marketing político y comunicación estratégica indicada para aquellos aspirantes a ediles, concejales, alcaldes, diputados o gobernadores durante la contienda electoral regional del próximo 29 de octubre.
Lo primero que debemos decir es que el libro está tan vivo como siempre, al contrario de los que piensan que los adelantos tecnológicos y el desarrollo vertiginoso de los medios audiovisuales han disminuido su vigencia. Así lo confirman los “ríos” de gente que provenían de todos los estratos sociales de Bogotá, del resto del país y de muchos lugares del mundo que literalmente inundaron cada uno de los 17 pabellones y los corredores del recinto de Corferias durante la mayoría de los 15 días que duró el evento.
Nos llamó poderosamente la atención que por lo menos el 85 % de los acuciosos asistentes eran jóvenes. Y también la gran cantidad de editoriales, librerías, distribuidores, artistas, ilustradores, escritores, así como la gran variedad de temáticas que se exhibieron desde lo literario hasta lo científico, pasando por lo universitario, técnico, comics, caricaturas, material educativo y didáctico, novelas gráficas, etc., etc., etc. Todo esto acompañado por una amplísima y muy variada programación cultural
México fue eta vez el país invitado y tuvo una muestra magnífica y abundante de sus libros de los cuales ha dicho precisamente el escritor mexicano Vicente Quirarte: “… Las palabras mueren si no hay quien les otorgue tiempo, pasión, inteligencia. El libro no existe si no tiene quien lo reanime con su lectura y su cuidado.” (Merecer un libro. Editorial Uninorte. 2021)
Lo cierto es que habemos personas que valoramos mucho los libros –y aún disfrutamos su agradable y nostálgico formato en papel– hasta el punto que ha hecho carrera el dicho de que: “No se sabe quién es más tonto, quien presta un libro o quien lo devuelve”
La Filbo de este año recordó una vez más lo importante que es la lectura de un libro –en sus diferentes formatos: papel, digital, audiolibro, etc.– y el aporte que hace este ejercicio cotidiano a nuestras vidas. Desde los niños que empiezan a conocer el mundo hasta el adulto mayor, incluso como preventivo del Alzheimer.
El promedio anual del número de libros que lee un colombiano en la actualidad es de 2,7 frente a l 5 de los chilenos y los argentinos y 12 de los europeos. Por eso nos parece de la mayor importancia lo que nos contó en una entrevista reciente la profesora Kika reyes, rectora del mejor colegio de Colombia, de acuerdo a las pruebas Saber 11: el Boston Internacional, en el sentido de que sus alumnos leen un promedio de 12 libros al año, varios de ellos en inglés.
Es obligación nuestra como sociedad el desarrollar la lecturabilidad entre nuestros niños y jóvenes –y no solo de los mensajes de las redes sociales– a fin de que aprendan una asignatura que ahora van perdiendo en las pruebas de estado y, sobre todo, en las de carácter internacional: la lectura crítica, que significa la posibilidad de entender y discernir, para que no ocurra lo que nuestro padre –que por cierto, nos dejó como invaluable herencia el hábito de la lectura– afirmaba: “…Hace un siglo la mayoría de la gente no sabía leer, hoy la mayoría no sabe lo que lee…”.
Por Víctor Herrera Michel Abogado-Periodista. Director Noticiero de la Gente-LA VOZ DE LA PATRIA CELESTIAL. Premio nacional de periodismo ANALDEX/PROEXPORT 2012. Escritor. Columnista. @vherreram
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