Estefanel Gutiérrez Pérez, tiene 34 años de edad, nació y vive en el barrio La Manga, Suroccidente de Barranquilla, un sector en el que a principios del siglo pasado se asentó una gran población afro. Desde temprana edad, a pesar de hacer parte de la esquina, de jugar futbol en medio de las calles sin pavimentar con dos piedras de marcos o de ir a la verbena del barrio, no se dejó envolver por los tentáculos que trae la pobreza: la droga y la delincuencia.
Cuando niño observaba como familiares, a través de una fundación, servían a la comunidad con actividades para mejorar su calidad de vida. Así nació un marcado interés por defender las causas comunitarias. Siempre tuvo una mirada crítica de lo que se presentaba en el barrio y mientras estudiaba veía como amigos toman progresivamente rumbos diferentes, primero alcohol, luego drogas y muchos terminaron en las cárceles o muertos. “Que podía hacer por los pelaos del barrio”, era la pregunta que punzaba sus pensamientos.
-Fue cuando decidí capacitarme lo más que puede para con esto tener la posibilidad, desde esta instancia, ayudar a mi comunidad y especialmente a los jóvenes que como yo tenemos sueños y expectativas de vidas, pero que no hay oportunidades.- Indica.
A los 14 años fundó Corposur, un centro de habilidades para vida, y de formación para el trabajo, donde se han capacitado cientos de jóvenes. “Toda la vida me he dedicado a la colaboración social en las comunidades, un proyecto de vida relacionado con el liderazgo comunitario para impulsar lo social”.
Estudios
Es abogado especialista en Derecho Constitucional, Magíster en Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario y Derecho Operacional. Obtuvo la beca Martin Luther King Jr. por la embajada americana en Bogotá, en este programa alcanzó niveles de desempeño sobresaliente que le permitieron participar en importantes eventos de liderazgo en Orlando, Miami y Washington, además fue becario en universidades de Europa. Habla tres idiomas. Fue consultor para el Programa de Asuntos Étnicos de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Ginebra, Suiza.
También fue asesor jurídico en Derechos Humanos para el Senado de la República, director de la Oficina de Responsabilidad Fiscal en la Contraloría Distrital del Barranquilla, asesor de la Personería Delegada para los Derechos Humanos de la Personería Distrital de Barranquilla; y asesor en la oficina de Control Disciplinario de la Universidad del Atlántico.
A fuerza de observación, vivencia, reflexión y trabajo, poco a poco se fue convirtiendo en un joven líder destacado en la ciudad de Barranquilla.
En el evangelio
Estefanel es músico desde siempre y este fue el pretexto que utilizó el Señor para seducirlo. A través de la música hace 12 años llegó a los pies de Cristo. Atraído por los sonidos de la tambora, el guache y el llamador del grupo de jóvenes de la iglesia el Nuevo Nacimiento ubicada en el barrio La Manga, decide presentarse para hacer parte del grupo. Desde entonces se congrega en esta iglesia liderada por el pastor William Gavalo. Cinco años después, allí en la congregación, conoció a la que hoy es su esposa Ana María Sánchez, con la que tiene dos hijas: Anny Sofía de cinco años y Salomé Steffan de cuatro años. El mismo pastor William Gavalo los casó.
La política
Hace un año Estefanel y los pelaos del barrio, salieron a las calles para hacer un ejercicio donde pedían que regresara Alejandro Char a la alcaldía, a quien consideran el mejor gerente público que ha tenido este país. Pero también se dieron cuenta de los retos que tiene la ciudad en materia social, educación, empleos para jóvenes y de inseguridad, entre otros. Por qué no apostarle a un hombre con liderazgo de ciudad como Estefanel para proponer a los ciudadanos su nombre. Y lo hicieron. La respuesta fue contundente, en representación de los pelaos del barrio y los de la ciudad, Estefanel asumió el reto de llegar al Concejo Distrital.
Fueron jornadas extenuantes, días y noches de trabajo en las comunidades, compartiendo sus propuestas sin maquinaria, con un presupuesto exiguo, que se vieron reflejados el 29 de octubre en las urnas con la tercera votación del partido Cambio Radical.
“Llegamos al Concejo de Barranquilla a trabajar por la que ha sido nuestra lucha incansable: por los pelaos de los barrios, las familias, los colectivos. Bueno, estamos felices, dándole la gloria a Dios por esta oportunidad”. Manifestó para el noticiero de La Alianza informativa.
Al ser consultado por la inseguridad, flagelo que golpea al departamento del Atlántico, sostuvo:
“Estamos convencidos de que la estrategia para combatir la política criminal de hoy, es una, política social, por eso hablamos de la importancia de la educación. Barranquilla tiene alrededor de 200.000 mil pelaos que no están trabajando, ni estudiando, y que hoy se traduce en los pelaos que salen a tirar piedras, se traduce en los pelaos más cometen delitos comunes en la ciudad. Estamos convencidos de que esas cifras vamos a revertirlas desde los barrios”.
El concejo necesita un hombre de barrio, temeroso de Dios, untado de pueblo y con las capacidades académicas para hacer un papel importante en el cabildo de Barranquilla.
¡El mayor de los éxitos hermano Estefanel!
Escrito por Javier Ahumada Bolívar
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