Secuestro, fe y un escape inesperado: el giro divino que salvó una vida

Josh Sullivan y un rescate inesperado
Pastor misionero Josh Sullivan

Lo que comenzó como una jornada común de enseñanza bíblica se transformó en una pesadilla para Josh Sullivan, un misionero de 34 años originario de Tennessee, Estados Unidos. El pasado 10 de abril, mientras compartía un mensaje sobre los frutos del Espíritu en una iglesia bautista de Motherwell, Sudáfrica, fue secuestrado por un grupo de hombres armados. Durante seis días, permaneció cautivo, con una capucha en la cabeza, sin saber si volvería a ver a su esposa e hijos.

Sullivan recuerda que vivió entre el miedo constante y una fe inquebrantable. “Fue como vivir entre dos mundos: el miedo constante y una fe que no me dejaba rendirme”, expresó tras reunirse con su familia. Durante su cautiverio, permaneció atado a una cama en una casa de seguridad, rodeado de incertidumbre, pero aferrado a su fe.

Compartiendo fe con sus captores

Mientras estuvo retenido, Sullivan comprendió que los secuestradores no querían hacerle daño, sino dinero. Aun así, su vida estuvo en peligro. En medio de la angustia, decidió compartir su fe con quienes lo tenían cautivo. “Estaba convencido de que, si Dios me había permitido llegar hasta allí, había un propósito incluso en medio de ese sufrimiento”, reflexionó.

El 15 de abril, su liberación ocurrió tras una serie de eventos que Sullivan solo puede describir como “divinamente orquestados”. La policía sudafricana llegó al área por error, siguiendo una pista equivocada. Sin embargo, al girar en una entrada para dar la vuelta, fueron atacados por disparos desde un vehículo: el mismo en el que estaban los secuestradores, con Sullivan en el asiento trasero.

“De repente, empezaron los disparos. Me tiré al piso del coche, rezando sin parar. Pensé que no saldría de ahí”, recuerda. La balacera duró varios minutos, hasta que un agente se acercó y le preguntó: “¿Es usted el pastor estadounidense?”. En ese momento, supo que era libre. “Lloré, me arrodillé, agradecí a Dios. No podía creer que todo había terminado”, dijo emocionado.

Fe, resiliencia y gratitud

Tres de sus captores murieron en el enfrentamiento y dos lograron escapar. Milagrosamente, Sullivan salió ileso, incluso la policía quedó sorprendida. “Uno de los agentes me dijo que estaban perdidos, que no sabían que yo estaba allí. Solo Dios pudo guiarlos exactamente donde debían estar”, relató.

Tras su liberación, el misionero fue reunido con su familia, aunque el impacto emocional fue profundo. “Había tanto trauma acumulado… mis hijos apenas me reconocían. Estaba en shock. Lloraba, no podía respirar bien. Pero lo primero que hice fue alabar a Dios”.

Hoy, Sullivan sigue procesando lo vivido, pero tiene claro que su historia es un testimonio de fe, resiliencia y esperanza. “Estoy vivo porque Dios me sostuvo. Y quiero que otros sepan que, aun en las circunstancias más oscuras, Él sigue obrando milagros”.

Gaceta Cristiana

Vanessa Mercado, joven impulsora de la lectura y el evangelio en Barranquilla, organizando ferias de libros en barrios populares para fomentar el conocimiento y la fe en la comunidad.

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