Enseña a tu hijo inteligencia espiritual

 Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual. Colosenses 1:9.  

De manera interesante, Pablo estimula a los creyentes al desarrollo de la Inteligencia Espiritual Podemos definir dicha inteligencia como la capacidad del ser humano de dejarse guiar por el Espíritu de Dios y generar fruto. 

En la epístola de “la libertad”, Pablo escribe a los Gálatas que si vivimos por el Espíritu debemos andar también en Él. Gálatas 5:25, es decir, ahora que conocemos a Dios y el Espíritu Santo vive en nosotros; quien nos guía a actuar, aprender y vivir es el mismo Espíritu de Dios. 

La evidencia de ello es el fruto que damos, que según la misma carta el fruto consta de varios sabores o características: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Gálatas 5:22-23.

A medida que los niños y jóvenes conocen a Dios como una persona, se relacionan y confían en Él, se va desarrollando el músculo de la inteligencia espiritual.  Los padres, mentores y maestros tenemos un rol irremplazable en que los chicos conozcan a Dios y desarrollen las facultades de la Inteligencia Espiritual. 

Es en la práctica diaria cuando podemos despertar el apetito por la vida en el Espíritu, desarrollando la fe mediante experiencias, contando las historias tanto bíblicas como nuestras, para que tengan una vivencia diaria tomando en cuenta a su mejor Amigo en cada decisión. 

La Inteligencia Espiritual no se desarrolla en clase, se hace mediante la vida diaria cuando los padres manifestamos fe, pasión e interés porque los chicos conozcan y se enamoren del Dios de sus padres.

Recomendaciones para desarrollar la inteligencia espiritual

 1.      En base a mis experiencias del pasado veo más allá de lo que mis ojos ven.

Es fundamental que enseñemos a nuestros hijos a ver más allá de lo que sus ojos ven.  A eso se le llama fe.  Es necesario que los chicos desarrollen la confianza de que pueden llegar lejos si confían en Dios.  Lo importante no es el tamaño de su fe, lo que importa es en donde la pongan.  Debemos enseñarles a tener fe en un gran Dios y que podrán llegar muy lejos. Si pueden soñarlo, pueden lograrlo.

2.      Reconozco que tengo todo el poder bajo control.

Es importante que los niños sepan que el Espíritu Santo es poder 2 Timoteo 1:7, pero es poder bajo control.  Eso se llama mansedumbre.  Jesús es el maestro de la mansedumbre, ya que pudiendo bajarse de la cruz y defenderse con toda autoridad por amor a nosotros no lo hizo.  

Es muy importante educar a nuestros hijos para que sepan que el poder de Dios es para agregar valor, construir y conquistar.  Pero deben ellos saber escoger que batallas van a enfrentar.  La mansedumbre nos permite vivir bajo ese poder controlado del Espíritu.

3.      Tengo el temple para actuar en el momento correcto.

La templanza es saber el momento justoen que debemos actuar. Cuando estamos conectados con Dios, su Espíritu nos indica no solo el qué, sino también el cuándo.  David vivió conectado con Dios y por eso supo exactamente en qué momento sacar la piedra, la onda para matar al gigante 2 Crónicas 17.  Él puso en práctica la Inteligencia Espiritual constantemente y llegó a ser muy grande y usado por Dios para el bien de su pueblo.

Cuando nuestros hijos y niños conocen a Dios como su amigo, desarrollan la Inteligencia Espiritual, eso les permite que su inteligencia académica y cognoscitiva haga sinergia con la capacidad emocional de resolver conflictos y relacionarse con los demás.  Cuando esto ocurre tenemos niños inteligentes, emocionalmente estables y guiados por Dios.  Esto seguramente va a producir líderes y personas que aporten lo mejor de ellos a su país.

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