La costumbre de hablar de la Biblia en singular es relativamente reciente. Los judíos de Alejandría decían: “Ta Biblia”, esto es: Los Libros. Y así es en realidad de verdad.
La Biblia es una colección de libritos diferentes, escritos por autores diversos, en lenguas, en épocas y en géneros literarios distintos. Por tanto, La Biblia es, en miniatura, toda una verdadera biblioteca religiosa de un pueblo, recopilada en un solo libro.
En la Sagrada Biblia se recogen los escritos jurídicos, políticos y literarios, históricos y poéticos, morales y filosóficos que conciernen a la historia del pueblo de Israel durante un periodo de casi veinte siglos. Hemos de añadir que el pueblo de Israel era esencialmente religioso y por esto se distinguía de todos los pueblos de la antigüedad. La literatura romana, la literatura griega, no siempre son literatura religiosa. Por el contrario, el pueblo hebreo es una raza verdaderamente religiosa. A partir del siglo IV a. de C. (al retorno del exilio en Babilonia), la nación judía fue mucho más una “Iglesia” que un Estado. Y las obras que los judíos han recogido para representar la tradición de su nación –códigos, plegarias, máximas, historias, leyes, poemas- representan, ante todo, su fe, su culto, su Dios.
Según la Iglesia Católica, los libros del A.T. son 45. Según los protestantes son 39, ya que estos últimos siguen el canon judío que se ajusta más a este número. La diferencia la constituyen 6 libros: Tobías, Judith, I y II de los Macabeos, Eclesiástico y Sabiduría. Estos libros se llaman apócrifos o deuterocanónicos porque no son de inspiración divina. Así lo reconoció el mismo San Jerónimo, máximo criterio de autoridad en esta materia, entre los católicos, al decir: “Todo libro que esté fuera de éstos (libros protocanónicos), hay que contarlo entre los apócrifos”.
Se llama “Canon”, la norma, regla o medida que la Iglesia adopta para reconocer un libro como norma de fe y costumbre. Esta es la clasificación y este es el verdadero canon o lista oficial de los libros de la Biblia:
ANTIGUO TESTAMENTO
1) El Pentateuco, o sea, los cinco primeros libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio.
2) Los libros históricos: Josué, Jueces, Rut, I y II de Samuel, I y II de Reyes, I y II de Crónicas, Esdras, Nehemías, Ester.
3) Los libros poéticos y sapienciales (didácticos): Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, El Cantar de los Cantares.
4) Los libros proféticos: los cuatro profetas mayores; Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel y Daniel; y los doce profetas menores: Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahum, Habucuc, Sofonías, Ageo, Zacarías y Malaquías.
NUEVO TESTAMENTO
1) Los libros históricos: los cuatro Evangelios (de San Mateo, S. Marcos, S. Lucas Y S. Juan) y los Hechos de los Apóstoles, escrito por S. Lucas Evangelista.
2) Los libros didácticos: las 14 epístolas o cartas de S, Pablo: a los Romanos, I y II Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, I y II Tesalonicenses, I y II Timoteo, Tito, Filemón y Hebreos; y las siete epístolas llamadas “católicas”: una de Santiago, dos de San Pedro, una de S. Judas y tres de S. Juan.
3) Un libro profético: el Apocalipsis, escrito por San Juan Evangelista.
Cada uno de estos libros está dividido en capítulos, y estos en versículos.
Si la Biblia es una biblioteca, puede afirmarse también que es Un Libro. En efecto, todos los libros sagrados muestran una innegable unidad. Todos revelan una verdad: el descubrimiento progresivo de la amistad de Dios con el hombre.
Si algo nos enseña la Biblia es el acercamiento amoroso de Dios al hombre en forma de constante diálogo. Este acercamiento y diálogo encuentra su máxima expresión en el hecho histórico de Cristo. La comunicación con el hombre que Dios ha ido preparando y realizado con su paciente pedagogía divina a lo largo del Antiguo Testamento, encuentra su plenitud en la muerte y resurrección de Cristo, hecho central de la Biblia.
Los distintos libros del A.T. nos refieren el caminar lento y costoso que Dios tuvo que seguir para conducir al pueblo de Israel a Cristo. Los libros del N.T. recogen en sus páginas la preparación y realización del gran acontecimiento de los tiempos: la muerte y resurrección de Cristo, así como su plena realización al fin de los tiempos, con su segunda y última venida (parusía).
Por consiguiente, la Biblia, dentro de la variedad de sus libros, es también un libro que nos habla de la Historia de nuestra salvación, o lo que es lo mismo, de la comunión de Dios con el hombre para hacerle participante de su propio reino.
Escrito por el hermano JOSE L. ANGULO MENCO,
filosofo, escritor, especialista en Ciencias Religiosas y Sagradas Escrituras y docente universitario.
(CONTINUARÁ)
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