El estado se convirtió en el número 18 en prohibir la competencia trans.
La Ley de Equidad en los Deportes Femeninos (SB 44) se convirtió en ley después de que el gobernador John Bel Edwards no vetara ni firmara la legislación dentro de los 10 días posteriores a que el secretario del Senado le entregó el proyecto de ley, como lo exige la ley estatal.
El proyecto de ley fue remitido a Edwards el 25 de mayo, pocos días después de que el Senado y la Cámara de Representantes controlados por los republicanos aprobaran la legislación.
El 23 de mayo, el Senado votó 32-6 para aprobar el proyecto de ley, con casi la mitad de los demócratas del Senado uniéndose a todos los republicanos para apoyar la medida. Seis días antes, la Cámara de Representantes había votado 72-21 a favor del proyecto de ley, con un pequeño número de demócratas uniéndose a sus compañeros republicanos en la votación de la legislación.
Según el proyecto de ley, las escuelas públicas y algunas escuelas primarias y secundarias privadas, así como las universidades que reciben fondos estatales, deben designar equipos deportivos por sexo bilógico.
La ley define el “sexo biológico” como “una declaración del sexo biológico de un estudiante en el certificado de nacimiento oficial del estudiante que se ingresa en el momento del nacimiento o cerca de él”. Además, la ley permite que las niñas emprendan acciones legales si una violación de la ley las hace sentir como si estuvieran “privadas de una oportunidad atlética”.
Garantías a las mujeres
“El Título IX de la Ley de Enmiendas a la Educación de 1972, 20 USC §1681 et seq., está diseñado para garantizar que las mujeres estén libres de discriminación por motivos de sexo tanto en la educación como en el atletismo, de modo que las mujeres tengan la oportunidad de competir en deportes”, becas y potencialmente lanzar sus propias carreras deportivas después de completar su educación”, dice el proyecto de ley.
El proyecto de ley justifica la prohibición de hombres transidentificados los deportes femeninos, citando las “diferencias inherentes entre hombres y mujeres” que dan a los hombres biológicos una ventaja injusta sobre sus contrapartes biológicas en el atletismo.
El documento establece que los hombres generalmente tienen “huesos, tendones y ligamentos más densos y fuertes, corazones más grandes, mayor volumen pulmonar por masa corporal, mayor cantidad de glóbulos rojos y mayor hemoglobina, así como niveles naturales más altos de testosterona“.
Estos rasgos afectan “características como los niveles de hemoglobina, el contenido de grasa corporal, el almacenamiento y uso de carbohidratos y el desarrollo de fibras musculares tipo II, lo que hace que los hombres puedan generar una mayor velocidad y potencia durante la actividad física”.
Tras mencionar que “la fuerza, la velocidad y la resistencia” se encuentran “generalmente en mayor medida en hombres biológicos que en mujeres biológicas”, el proyecto destaca que “estudios científicos han establecido que los beneficios que la testosterona natural proporciona a los atletas masculinos no se ven disminuidos por el uso de la supresión de testosterona”.
Un estudio del British Journal of Sports Medicine encontró que incluso después de un año de tomar hormonas feminizantes, los atletas biológicos masculinos conservan una ventaja sobre sus contrapartes femeninas.
Apoyo de la iglesia
En una entrevista con CP, el presidente de la LFF, Gene Mills, reveló que su grupo ha estado trabajando desde la base para proteger el deporte femenino, incluido el año pasado, cuando el gobernador vetó el proyecto de ley.
Mills y su equipo en LFF se comunican con casi 500 iglesias en Louisiana y mantienen a las congregaciones informadas sobre el contenido del proyecto SB 44 y lo que logra. También enviaron comunicados quincenales y movilizaron a las personas para que hicieran oír su voz durante el proceso legislativo a través de sus Alertas de Acción de la Brigada de 60 Segundos.
“La idea de que los hombres biológicos compitan contra las mujeres instintivamente va en contra de los valores de Luisiana. Por lo tanto, no fue difícil obtener el apoyo bipartidista de demócratas, independientes, afroamericanos y las comunidades españolas en general”, dijo Mills a CP.
“La política sexual no tiene lugar en el campo deportivo, y esta medida fue una propuesta modesta para proteger el deporte femenino de la explotación por parte de los niños biológicos”, continuó.
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