El padre y el hijo espiritual, dos depósitos de bendición cuando se complementan

La palabra del Señor en el libro de Lucas 6:30 nos enseña que nadie puede servir a dos señores porque amarará a uno y descalificara a otro.

Esta palabra nos aterriza sobre la honra a nuestra autoridad terrenal, esa honra a nuestra fuente de provisión terrenal o espiritual se enfoca en la necesidad de determinación, concentración y el enfoque que debemos tener en nuestra vida. Tener éxito en los asuntos de nuestra vida requiere la llenura del Espíritu Santo en nuestro corazón.

Se requiere rendir todo el corazón a obedecer la voz de nuestro Padre Celestial.

Marta y María representan los dos escenarios en que nos movemos hoy día. El escenario de las responsabilidades del mundo y el escenario de los acontecimientos del Reino.

·         En el primero obtendremos Resultados

·         En el segundo obtendremos Frutos.

Es una ley establecida. Nadie puede servir a dos señores. Se requiere aceptar y creer que humanamente nadie tiene la habilidad de servir a dos señores de manera fiel y excelente, por qué que habrá un corazón dividido, un corazón dividido es un corazón limitado. Por lo tanto, claro está que el mundo y sus afanes nos pueden arrebatar el gozo de la salvación.

Juan 10:27-28 JESÚS aclara: Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Es bíblico cuando Jesús se presentó como el pastor delas ovejas del redil de su padre.

Él enfatiza Las ovejas oyen la voz de su pastor. Alguien que carga sobre sus hombros la paternidad es alguien que conoce a sus ovejas y, por lo tanto, escoge muy bien el alimento espiritual que va a darle, se toma el trabajo de sazonarla e igualmente debe tener un corazón sano para albergar, aceptar y atender a sus hijos espirituales tal cual ellos son sin hacer acepción de personas.

La fidelidad de esta relación brinda seguridad a ambas partes y se pueden generar bendiciones para todos los hijos de la casa.

El hijo espiritual debe comprender que ese hombre o mujer de Dios que el padre ha puesto en su vida, por revelación del Espíritu Santo, es alguien que Cristo mismo ha forjado y moldeado para tal fin en el proceso, tienen un valor especial para Dios.

El pastor representa a Jehová

Si hay desacuerdos entre un pastor y su oveja puede acontecer que la causa es que esas ovejas se refugie en el salmo 23 y diga “bueno al final Jehová es mi pastor”, pero llevando esto al contexto real lo que quiere decir es que nuestra autoridad más cercana es nuestro pastor quien representa a Jehová para mí, pero hemos caído en un error doctrinal acomodando la palabra a  beneficio de los deseos o caprichos personales de cada uno y en sí hemos defendido este argumento llevando así a muchos a la rebeldía y la falta de sujeción.

Dios es un Dios equilibrado y Él tiene claro que se requiere de un hombre para operar en el mundo terrenal, no queremos decir con esto que Dios necesite de nosotros para hacer su voluntad, lo que queremos decir es que se requiere que intervengan los que el mismo diseño en el diseño de su creación.

Quien no tiene sanidad en su relación de paternidad, no puede operar en legalidad espiritual, llegará a creer que su padre está lejano en el cielo y aunque Dios habite en la tierra por el Espíritu Santo fue el mismo Espíritu Santo quien obra por medio de gente de carne y sangre aquí en la tierra.

Para ser precisos el encargado de circuncidar nuestro corazón es un hombre dirigido por el Espíritu Santo, Él ordenó a pastores de carne y hueso para que Él fluyera a través de ellos, debemos sentir esa conexión o fidelidad a Jehová, pero mientras lo vemos como nuestro Padre lejano y es “tan celestial” que no tiene manera de forzarnos por eso nos cuesta someternos a un orden espiritual por qué algunos llegaran a pensar que Él los ama tanto que nos respeta hasta nuestros caprichos.

 Muchos para su conveniencia asumen este versículo como si Dios es su Pastor y no requiere ayuda de nadie para orientar la vida de nadie y en esto se reflejan los frutos de la desobediencia, nadie puede esconder el fruto que produce.

El fruto hablará de cuan obediente somos

Aunque nos escondamos de nuestra responsabilidad como padres e hijos o nos mintamos (sabiendo que el corazón es engañoso) Dios va a tratar con nosotros y es mejor que nos trate con alguien cercano que nos trate con un proceso para que cambiemos de actitud.

1 Juan 4:12-20 nos habla que Dios permanece en nosotros y su evidencia es el amor pleno, lleno de confianza, sin temor. Nosotros amamos porque Él nos amó primero. Si alguien afirma: «Yo amo a Dios», pero odia a su hermano, es un mentiroso; pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a quien no ha visto. 1 Juan 4

Cuando ponemos en la balanza nuestra vida y pesamos los corazones a la luz de la Palabra, a la luz del Espíritu Santo, la Palabra nos anima a sincronizarnos con la voz del Padre.

El amor va más allá de sentir una preferencia sobre quién es mi padre espiritual, yo decido por la revelación del Espíritu Santo, caminar con alguien que sé que Dios le va a proveer la sabiduría para guiarme

Debemos amar a nuestros padres espirituales, cuidando que sea un amor puro, equilibrado y sano, porque también una honra excesiva puede llegar a convertirse en idolatría, pero el Espíritu Santo nos va a ayudar a ser equilibrados en esta área. Si ellos se dedican a formarnos y a corregirnos en amor, se esmeran en enviarnos, entonces debe brotar la obediencia radical sobre lo que representa para nosotros la autoridad.

Todos ganamos

Ellos esperan de mi amor porque nosotros como hijos de ellos también lo esperamos, es una decisión de aceptación y obediencia personal de agradar a Dios con mi cambio de actitud permanente y renovada.

Si en algún momento se ha truncado la relación de un padre espiritual hacia un hijo espiritual o viceversa, se deben proponer ambos revisar lo que no está dando paz en la relación, ya que hay un depósito pendiente en fluir que se estancaría y no se daría el éxito del propósito en estas relaciones tan vitales para el equilibrio de la familia de la fe.

Todos ganamos si los padres y los hijos se complementan. La primera evidencia tangible del deseo de avanzar en mi vida cristiana es “pasando la página del ayer” pronto. Pasemos la página y gocemos todos de la bendición.

Escrito por la Pastora María José de Tovar Iglesia Ministerio de Restauración

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