La crisis ambiental: ¿Hay injerencia espiritual?

En la cosmovisión cristiana, Dios es el soberano absoluto del universo. Sin embargo, las Escrituras nos enseñan que Satanás también tiene un cierto grado de influencia sobre el mundo. Jesús mismo se refirió a Satanás como “el príncipe de este mundo” (Juan 12:31). Esta dualidad plantea preguntas complejas sobre la interacción entre la voluntad divina y las acciones malignas en nuestro mundo, especialmente en temas críticos como el medio ambiente y la economía.

La explotación del petróleo y la avaricia humana

Uno de los ejemplos más claros de esta lucha se observa en la explotación del petróleo. La búsqueda insaciable de recursos naturales, impulsada por la avaricia humana, ha llevado a una devastación ambiental sin precedentes. La contaminación, el cambio climático y la destrucción de hábitats naturales son solo algunas de las consecuencias de esta avaricia.

Desde una perspectiva espiritual, podemos considerar que la explotación desmedida del petróleo es una manifestación del poder de Satanás sobre la avaricia humana. En la Biblia, encontramos que el amor al dinero es “raíz de todos los males” (1 Timoteo 6:10), y esta codicia puede ser vista como una herramienta que Satanás utiliza para destruir la creación de Dios.

Influencia demoníaca en el cambio climático

Además de la acción humana, desde una perspectiva espiritual, es importante reconocer la posible influencia demoníaca en los desastres naturales y el cambio climático. La Biblia menciona demonios con nombres y características específicas, que pueden tener influencia en el mundo físico, alguno de ellos es:

  1. Abadón (Apolión): Mencionado en Apocalipsis 9:11, Abadón es el ángel del abismo y se le atribuye la destrucción. Su influencia podría estar relacionada con eventos catastróficos que devastan la Tierra.
  2. Belial: Este demonio, que representa la corrupción y la decadencia, podría estar influenciando la moral y la ética de las personas, llevándolas a actuar en contra del bienestar ambiental.
  3. Leviatán: Otro ser de la tradición bíblica, Leviatán es un monstruo marino que representa el caos de las aguas. Se podría asociar con inundaciones y tormentas, fenómenos que se agravan con el cambio climático. Puede que sea el mismo demonio marino llamado “Rahab”, nombrado en Isaías 51:9.
  4. Pazuzu: Demonio de la mitología mesopotámica que se asocia con los vientos y las tormentas. Se le invocaba para proteger contra otros demonios, pero también se le temía por su capacidad de causar desastres naturales.

El terremoto en Chile del 2010

El terremoto de Chile en 2010 es un ejemplo de un desastre natural con repercusiones globales. Este sismo de magnitud 8.8, ocurrido el 27 de febrero causó una devastación masiva y tuvo efectos secundarios, como la aceleración de la rotación de la Tierra, acortando el día en 1.26 microsegundos. Este evento nos recuerda que los desastres naturales no solo tienen consecuencias inmediatas sino también efectos a largo plazo en el equilibrio de nuestro planeta.

La Biblia menciona en Mateo 24:22 que en los últimos tiempos “si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; más por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.”

La injerencia espiritual en los desastres naturales

Aunque la ciencia puede explicar los mecanismos detrás de los terremotos y otros desastres naturales, no podemos ignorar la dimensión espiritual. En la tradición cristiana, se cree que los demonios pueden influir en los eventos físicos, causando destrucción y caos. La presencia de demonios como Abadón podría interpretarse como una fuerza espiritual detrás de estos eventos, exacerbando sus efectos y utilizando el sufrimiento humano como una forma de alejarnos de Dios.

Reflexión final

La lucha por el control del mundo entre las fuerzas divinas y malignas es una realidad compleja y multifacética. La avaricia humana y la explotación desmedida de recursos naturales, como el petróleo, son reflejos de la influencia de Satanás en nuestro mundo. Los desastres naturales y el cambio climático pueden tener componentes tanto físicos como espirituales, recordándonos que debemos estar atentos y preparados espiritualmente para enfrentar estas adversidades.

Es crucial que la Iglesia aborde estos temas con seriedad, educando a los fieles sobre la intersección entre lo espiritual y lo material, y equipándolos para discernir y resistir las influencias malignas en todos los aspectos de la vida moderna. Solo así podremos navegar mejor los desafíos de nuestro tiempo, con una comprensión completa y un corazón firme en la fe.

Escrito por: Joel David Serrano Márquez Administrador de Empresas. Teólogo Bíblico Ministerial. Especialista en Gerencia de Producción y Operaciones Logísticas. Maestrante en Inteligencia de Negocios.

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