Santificando el tiempo: Octubre mes de la Biblia

No es el mes de las brujas ni del Halloween, octubre es el mes de la Biblia.

Tradicionalmente, la Iglesia cristiana el 31 de octubre celebra “El Día De La Biblia” en Colombia. Las sociedades bíblicas conmemoran esta importante fecha promoviendo actividades durante todo el mes de octubre motivando el estudio de la Palabra de Dios.

Nos regocijamos y nos asociamos a este magno evento con una serie de artículos como este, que, Dios mediante, estaremos ofreciendo al público durante el presente mes, como una forma de divulgar y promover entre la gente, el conocimiento y estudio de las divinas letras. Reconociendo que una exposición y un estudio profundo del Libro Santo ocuparía mucho espacio en un periódico, nos limitaremos a dar al lector tan solo algunas nociones generales que ilustren del contenido e importancia de esta gran obra, patrimonio de Dios para la humanidad.

1. Nombre. La palabra biblia viene del griego “biblos”, que significa libro. Esta expresión, en la forma diminutiva “biblíon”, se utilizaba en la época helenística (o sea, después de Alejandro Magno) con el mismo significado. De suerte que la palabra biblia es un plural de la expresión griega “biblíon” y señala una colección de libros, generalmente sagrados. De que la palabra biblia podríamos traducirla al castellano por libros, colección de libros; o libros sagrados, colección de libros sagrados. Más, pasando la palabra biblia al latín eclesiástico en los primeros siglos del Cristianismo, comenzó a designar el libro por excelencia, o sea, el libro de Dios.

Un criterio diferente atribuye el origen de la palabra Biblia, a la ciudad fenicia Biblos, importante centro comercial de papiro y de otros materiales que se empleaban para escribir.

2. División. Se divide en Antiguo y Nuevo Testamento. Como criterio de esta división tomamos la venida de Jesucristo. Llamamos libros del Antiguo Testamento (AT) a los escritos antes de la llegada de Cristo. Denominamos libros del Nuevo Testamento (NT) a los redactados después de la venida de Jesucristo.

Pero quizás no exista otro texto para delimitar mejor la división de la Biblia en sus dos grandes partes, como este de Hebreos 1: 1,2 que a la letra dice: “Dios habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo”. Por manera que podemos definir el Antiguo Testamento como aquello que Dios habló e hizo a los hombres, en la antigüedad por medio de sus siervos, los profetas, y por Nuevo Testamento lo que Dios habló e hizo a los hombres en tiempos más recientes, por medio de su Hijo Jesucristo.

“Dios, pues, inspirador y autor de ambos Testamentos, dispuso las cosas tan sabiamente que el Nuevo Testamento está latente en el Antiguo, y el Antiguo está patente en el Nuevo…” (Concilio Vaticano II)

Por otra parte, el A.T. sin el N.T. sería como un libro incomprensible (2 Cor. 3, 14-16) sin acabar, como una promesa de Dios no cumplida. Y a la inversa, el N.T. sin el A.T. sería tan incompleto como puede ser el último capítulo de una historia o de una novela sin los capítulos precedentes. Consiguientemente, los dos Testamentos se complementan, se unifican en la persona de Cristo, síntesis de la Biblia.

3. Significado de la palabra Testamento. La expresión Testamento es una traducción de la palabra griega “diathéke”, que desde la época helenística significaba la manifestación de la última voluntad del testador. Esta misma expresión “diathéke” ha sido empleada por los traductores de los LXX al querer traducir la palabra hebrea “berit” (alianza). Con ella querían señalar la disposición de Dios referente a la Salvación de los hombres (Ro 9,4; 11,27; Lc 1,72; etc.). De modo que al decir nosotros Antiguo Testamento, tenemos que entender la antigua o la nueva disposición de Dios acerca de la salvación de los hombres.

La Biblia es el texto de estudio del Cristiano. El Cristianismo es una religión de la historia y no de la naturaleza, como las religiones paganas en general; no es una ideología, como lo fue por ejemplo el Marxismo-leninismo. Si no que se basa en hechos de la historia.

BIBLIOGRAFÍA

1. ANGULO MENCO, José. “Apuntes personales”.

2. IDIAZABAL, Clemente. “Iniciación a la Biblia para seglares”.

3. LAKATOS JANOSKA, Eugenio. “Introducción a la Sagrada Escritura”. Ediciones Universidad Santo Tomás, Bogotá, 1983.

 (Continuará)

Escrito por el hermano JOSE L. ANGULO MENCO,
filosofo, escritor, especialista en Ciencias Religiosas y Sagradas Escrituras y docente universitario.

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