Octubre mes de la Biblia

¿Es el Deuteronomio un libro sobrante en la biblia?

El libro que hoy vamos a estudiar tiene un carácter tan propio como cualquiera otra de las cuatro secciones anteriores del Pentateuco.

Si tuviéramos que juzgar del título de ese libro, podríamos suponer que es una simple repetición de lo que hemos encontrado en los anteriores. Eso sería una grave equivocación. No hay meras repeticiones en la palabra de Dios. En verdad, Dios nunca se repite a sí mismo, ni en su palabra ni en sus obras. Dondequiera que tracemos a nuestro Dios, sea en una página de la sagrada escritura o en los vastos campos de la creación, vemos divina plenitud, infinita variedad, plan definido; y nuestra mente. En esto, como en todo, es necesario que nuestros ojos estén ungidos con colirio celestial. ¡Qué menguado concepto de la inspiración se habrá formado el hombre que pueda pensar por un momento que el quinto libro de Moisés es una estéril repetición de lo que pueda leerse en Éxodo, Levítico y Números! Si en una composición humana no esperamos encontrar tan flagrante imperfección, mucho menos en la revelación perfecta que Dios nos ha dado tan benévolamente en su Santa Palabra. El hecho es que en todo el inspirado volumen no hay una sola sentencia superflua, ni una cláusula redundante, ni una relación sin su significado propio, sin su directa y particular aplicación. Si no vemos esto, tenemos que aprender aún la profundidad, la energía y el significado de las palabras: “Toda escritura es dada por inspiración de Dios”.

¡Preciosas palabras! ¡Ojalá fuesen entendidas de un modo más completo en estos nuestros actuales tiempos! Es de la mayor importancia que el pueblo del Señor esté arraigado, fundado y establecido en la eminente verdad de la plena inspiración de la Santa Escritura. Es de temer que la laxitud, en cuanto a este muy importante asunto, vaya extendiéndose a toda la Iglesia profesante en aterradora proporción. En muchas partes ha llegado a ser la moda infundir desprecio a la idea de la inspiración plena. Es considerada por muchos como verdaderamente infantil y signo de ignorancia. Se cree por muchos que es indicio de una profunda educación literaria, de ideas liberales y de originalidad intelectual, el ser capaz por una libre crítica, de hallar defectos en el precioso libro de Dios. El hombre presume de juzgar la Biblia como si fuera una simple composición humana, pronunciándose sobre lo que es digno de Dios o no lo es. En realidad, esto equivale a entrar en contienda con el mismo Dios. El resultado inmediato es, como puede esperarse, profundas tinieblas y perturbación, tanto para esos mismos eruditos doctores, como para los necios que los escuchan. Y en cuanto al futuro, ¿Quién puede concebir el eterno destino de todos aquellos que habrán de responder ante el tribunal de Cristo por el pecado de blasfemia contra la Palabra de Dios y por haber descarriado a centenares con su enseñanza de incredulidad?

Moisés

Sin embargo, no malgastaremos el tiempo deteniéndonos en disertaciones sobre la pecaminosa necesidad de los incrédulos y escépticos, a pesar de llamarse cristianos, algunos de ellos, en sus mezquinos esfuerzos de desacreditar el incomparable volumen que nuestro benévolo Dios ha mandado escribir para nuestra enseñanza. Algún día reconocerán su fatal equivocación.

¡Dios quiera que no sea demasiado tarde! Y en cuanto a nosotros: sea nuestro más intenso gozo y consuelo el meditar sobre la Palabra de Dios, de tal manera que descubramos nuevos tesoros en esa mina inagotable, nuevas glorias morales en esa revelación celestial.

El libro del Deuteronomio ocupa puesto aparte en el canon inspirado. Las líneas con que da principio bastan para probarlo. “Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel de esta parte del Jordán, en el desierto, en el llano, delante del mar Bermejo, entre Parán y Tophel y Labán y Haseroth, y Dizahab.”

Conclusión: el significado del Libro del Deuteronomio es este: Dios, como supremo ser, omnipotente y omnisapiente, quiso hacer un Libro del Deuteronomio, donde se repitiera todo lo anterior, para que así, a fuerza de repetir, quedase grabado en el corazón de los israelitas.

La repetición, el machacar constantemente sobre lo mismo, es un sabio principio pedagógico, y Dios como sumo maestro y educador pone en práctica este principio en el Libro de Deuteronomio, para que la ley de Dios quede grabada para siempre en el corazón de su pueblo y nunca la olviden. 

Escrito por el hermano JOSE L. ANGULO MENCO,
filosofo, escritor, especialista en Ciencias Religiosas y Sagradas Escrituras y docente universitario.

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